Araújo ejecuta al Girona en el último suspiro para dar al Barça una victoria trascendental

FC Barcelona, 2 - Girona, 1

El uruguayo mete el tanto del triunfo en el tiempo añadido para salvar un equipo azulgrana inconsistente

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Araújo celebra el tanto del triunfo 

Alex Caparros / Getty

En el tiempo añadido, en medio de la locura, con un gol de Araújo de auténtico nueve y con Flick, expulsado por el inefable Gil Manzano, celebrando con cortes de manga desde el túnel de vestuarios. Así sometió un Barça de urgencias a un meritorio Girona en un estadio de Montjuïc que pasó por una variopinta gama de emociones. Entre el lamento y la queja por los evidentes boquetes de su equipo, la protesta ante un arbitraje sin careta y la euforia por la victoria final. Pudo vencer el conjunto de Míchel, que perdonó lo imperdonable hasta el descanso pero lo hizo el campeón, que se pone al frente de la clasificación a la espera de lo que haga este domingo el Madrid en Getafe. Antes de visitar el Bernabéu otro tropiezo habría sido fatal para un Barça inconsistente, con lesionados y con futbolistas con evidente falta de ritmo. Pedri, muy cansado, avanzó al Barça, igualó Witsel con una chilena sideral y cuando el empate ya estaba servido en la mesa emergió la garra de Araújo, el último recurso para jugar como delantero centro. Apuesta ganadora y a recuperar el nivel mientras el Girona sigue en zona de descenso.

Antes ya había pasado casi de todo. Bajo una tupida cortina de agua se alcanzó el descanso. Un descanso que pedía a gritos el Barça frente a un Girona que llegaba en oleadas, una y otra vez, ante los dominios de Szczesny. Lo hacía con una facilidad pasmosa, destrozando la débil presión del conjunto de Flick, nada que ver en su intensidad sin balón con el de la temporada pasada. El equipo de Míchel había conseguido empatar con una chilena espectacular de Witsel tras un servicio de Arnau, que le ganó la partida a Lamine Yamal, y a partir de ahí el encuentro había dado un giro radical. De un dominio absoluto del Barça a una mano de oportunidades claras del Girona. Si alguien debía ir ganando al entreacto este era el equipo gerundense, que entró a jugar de forma contemplativa pero que cuando se desplegó vio cómo el Barcelona no tenía andamiaje. Sin pasión por la recuperación y sin la solidaridad la línea del fuera de juego que caracteriza el sistema de Flick es poco menos que un suicidio. Vanat se topó con Szczesny, Portu chutó al poste, Bryan Gil la mandó arriba con todo a favor y Witsel no encontró portería en una acción mucho más sencilla que su genial chilena del 1-1.

Amago de pitos en Montjuïc, desesperación de Flick en la banda, reproches de Casadó a sus compañeros por no defender con más ahínco y miradas de desconcierto entre los barcelonistas. Quién lo hubiera dicho al principio del encuentro.

Gil Manzano expulsó a Flick, que después celebró el triunfo con cortes de manga

Ante la pléyade de bajas del Barça, en especial en la delantera, el técnico alemán había apostado por hacer debutar en Primera al joven de Rubí Toni Fernández, de 17 años. Se ubicó de falso nueve, con Rashford fijo en la izquierda y el reaparecido Lamine Yamal en la derecha. De Jong se colocaba de mediapunta y detrás Cubarsí recuperaba el perfil derecho en la pareja de centrales, con Eric Garcia en el perfil izquierdo. Con estos mimbres el Barcelona arrancó con interés y con fluidez. Lamine y Rashford protagonizaban las primeras escaramuzas y Pedri abría el marcador. Lo hacía tras pasarse la pelota a la bota izquierda e ir centrándose hasta alojar el esférico a la red con un toque sutil que recordó mucho a los remates de Messi.

Para entonces el equipo de Míchel, con Joel Roca, Hugo Rincón y Bryan Gil como novedades en el once, apenas había tocado el balón y no había pasado del centro del campo. El Barça lo debió ver tan fácil que decidió ponerse a sestear, como en Sevilla, nada que ver con el colmillo continuo del pasado curso, y ese pecado le costó caro pues el Girona empató enseguida y el partido viró con las referidas ocasiones visitantes. Claro que durante el camino el Barcelona también generó dos opciones claras, un remate de De Jong que abortó Gazzaniga y un libre directo que Rashford estampó en el larguero.

Necesitaba mucho más el equipo blaugrana mientras el Girona esperaba no tener que lamentarse de sus oportunidades marradas. Sin más demora Flick recurrió a Fermín, que también reaparecía, y que entró por Toni Fernández, aunque actuó por la izquierda, con Rashford pasando al centro.

Pedri avanzó a los barcelonistas, empató de chilena Witsel y Araújo decidió

Con Fermín en el campo el Barça ganó en hambre y en verticalidad. Suficiente para poner cerco a la portería de Gazzaniga con una retahíla de remates. Hasta tres del futbolista andaluz, con uno de ellos besando el poste y otro puñado más de intentos de Rashford, que dispara a granel y que falló un gol cantado en el área pequeña. En pleno arreón barcelonista había pocas noticias de Lamine, lejos de su mejor estado de forma tras verse interrumpido en este inicio de temporada, y de Pedri, que ya está agotado de correr cuando el calendario marca el mes de octubre. A pesar de que el partido estaba en el alambre Flick no se lo pensó y los retiró y aparecieron Roonny y Christensen. El Barça, necesitado, terminó con una delantera formada por el joven sueco, Fermín, Rashford…y el recurso final de Araújo homenajeando a Alexanco.

Para colmo en cuanto a los intereses blaugrana Gil Manzano también puso de su parte al anular un gol de Cubarsí por un leve contacto previo de Eric Garcia sobre rincón. Con este colegiado al Barça le suele salir cruz, ya que tampoco apreció nada en una caída de Rashford en el área ante Vitor Reis. Después expulsaría a Flick. Una roja más en su colección de rojas contra el Barça.

El Girona, ya con Stuani, Tsygankov y Asprilla sobre el campo, se recogía en su área y dejaba pasar los minutos ante un Barcelona cada vez más inofensivo, con un equipo desnaturalizado y de circunstancias. Entonces llegó la expulsión de Flick por doble amarilla por protestar. Se mascaba el tropiezo y el gran punto del Girona pero Araújo desvió a la red un centro de De Jong. Al Bernabéu sin entrenador en el banquillo pero con los puntos en el zurrón. Auque antes, el martes, toca Champions.

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