Raso, cruzado y pegado al poste, el zurdazo de Olga Carmona fue imposible para Mary Earps, la portera de Inglaterra. Era el 20 de agosto del 2023 en Sydney. Aquel gol iba a servir para que España se proclamase campeona del mundo femenina por primera vez. El título las convirtió en eternas. Pero nadie se podía imaginar que el polémico beso de Rubiales a Jenni Hermoso en la celebración iba a suponer un cambio profundo y para siempre en el fútbol femenino español.
El reinado español ha sido tan convulso como transformador. Dos años hizo ayer que España tocó el cielo y se bordó una estrella en el escudo de la camiseta. Ya nada será igual que antes. Y eso es mérito de Irene Paredes, Alexia Putellas, Aitana Bonmatí, Cata Coll, Ona Batlle y tantas otras. Por su calidad y sus triunfos en aquel Mundial frente a Suiza, Países Bajos, Suecia e Inglaterra pero también por su resistencia, la defensa de sus convicciones y de sus derechos que les han granjeado grandes victorias fuera del campo.
Dos años, tres seleccionadores
Vilda, totalmente identificado con Rubiales, saltó y ahora Sonia Bermúdez sustituye a Montse Tomé
Pese a las presiones, Hermoso se negó a salir en un vídeo exculpatorio al presidente de la RFEF, Luis Rubiales, y las jugadoras se unieron bajo el lema “Se Acabó” para decir basta a los abusos y menosprecios que sufrían en la Federación. Las caretas cayeron en aquella estrambótica comparecencia del mandatario en la que se negaba de forma grotesca a dimitir, renovaba a Jorge Vilda con un supersueldo y se permitía hablar de verdaderos y falsos feminismos, hasta el punto de que el Consejo Superior del Deporte se vio obligado a intervenir.
De Rubiales se pasó a Pedro Rocha y ahora a Rafael Louzán al frente de la RFEF. En el banquillo, saltó Vilda, se sentó Montse Tomé y ahora se ha confiado en Sonia Bermúdez, una leyenda como futbolista que ya trabajaba en Las Rozas como seleccionadora sub-19. Mientras que el brazalete de capitana ha regresado a Paredes, una de las catalogadas rebeldes, después de recaer en Ivana Andrés, que fue quien levantó el Mundial, o en Esther o en Olga.
Aún más mérito
Pese a vivir en un maremoto constante, el vestuario ha sabido seguir centrado en el fútbol
Lejos de ser una balsa de aceite, el entorno no ha parado de agitarse y en el centro de ese maremoto, con paso por los juzgados incluido, tiene aún más mérito que el grupo siga concentrado en el fútbol, rindiendo alto y sumando una Nations League, un bronce perdido cruelmente en los Juegos y una final de Eurocopa que se escapó en la tanda de penaltis ante las inglesas tras no haber perdido ni un partido en Suiza.
Con cinco semifinales consecutivas, España se ha instalado en la élite pero no hay que detenerse porque el objetivo es alargar esta etapa dorada. La presencia de Reyes Bellver como directora de fútbol ha calmado las aguas después de que Markel Zubizarreta intercediese para rebajar la tensión en la nocturna cumbre de Oliva. Las condiciones de trabajo y el trato han hecho que regresen jugadoras como Patri Guijarro o Claudia Pina. Los cambios en la planificación han sido evidentes: del caos en el Mundial se ha pasado a los hoteles, instalaciones de entrenamientos y buenas combinaciones de viaje en la Euro de Suiza.
Instalada en la élite
La selección suma cinco semifinales seguidas pero acaba de perder la Eurocopa en los penaltis
Si lo que rodea funciona, en el tándem que formará Sonia Bermúdez con Iraia Iturregi recae la responsabilidad de intentar conseguir que se plasme en el césped la superioridad en el juego, además de buscar una paz con Jenni Hermoso, símbolo del cambio pero que no contaba para Tomé.