El caos que se ha desatado con los casos de Dani Olmo y Pau Víctor, que ya no figuran como inscritos en LaLiga, ha hecho mover ficha a la oposición azulgrana. Tras el comunicado del que fuera candidato de Sí al Futur, Víctor Font, reclamando explicaciones a la junta directiva encabezada por Joan Laporta, el grupo Som un Clam ha dado un paso más allá y ha pedido este jueves la dimisión del presidente del Barça y del resto de directivos.
En el comunicado que han difundido, el movimiento manifiesta su “total indignación y vergüenza provocadas por la gestión del presidente Joan Laporta y de la junta directiva en la gestión de las inscripciones de Dani Olmo y Pau Víctor”. Por ello, consideran que el paso que deben adoptar es la renuncia: “Lo que hemos vivido en las últimas horas del 2024 demuestra que ha estallado de pleno el círculo vicioso en el que ha entrado el equipo de gobierno del club”.
En este sentido, creen que ello ha ocurrido “más pronto de lo que era imaginable” y sostienen que “la gestión amateur y errática empieza a afectar al rendimiento deportivo del primer equipo”.
Balance negativo de los cuatro años de mandato
Som un Clam tacha de “inadmisible” la situación y señala que el club sigue sin “un plan financiero sólido ni una estrategia coherente”
Este 3 de enero se conocerá el desenlace final de un episodio más que desconcertante, que a juicio de Som un Clam es un “esperpento”: “La situación creada es inadmisible y el daño hecho a la reputación de la entidad es irremediable”. Desde su perspectiva, esta mala imagen “se ve agravada por las mentiras continuas y el engaño a los socios con falsas promesas que nunca se cumplen y que acaban perjudicando al club”.
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En marzo se cumplirán cuatro años del segundo mandato de Laporta al frente de la institución blaugrana. El movimiento opositor hace un balance muy negativo: “En este tiempo se ha descapitalizado el patrimonio del Barça con varias palancas, malvendiendo activos estratégicos de futuro para tapar agujeros derivados de una gestión caótica e improvisada. A pesar de las promesas de recuperación, el club sigue sin un plan financiero sólido ni una estrategia coherente para garantizar la estabilidad a medio y largo plazo”.
Som un Clam también señala la “introducción de intermediarios con comisiones millonarias” en la renovación del contrato con Nike o el acuerdo con Spotify, algo que ven con “preocupación y estupefacción”.
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En paralelo, demandan un “cambio de rumbo” que ataje esta “degradación”: “Exigimos que se ponga fin a las promesas incumplidas, a la improvisación constante y a la venta irresponsable de activos que están hipotecando el modelo de propiedad colectiva que nos hace únicos”.
Además de la dimisión de la junta directiva, instan a los socios a movilizarse y a “hacer oír su voz” porque el “futuro del Barça” depende de ellos: “Hay que recuperar la transparencia, la planificación y los valores que han hecho de la entidad 'més que un club'”. Según el grupo opositor, el riesgo de este “círculo vicioso” es el “patrimonio del club y el modelo de propiedad”.
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