El próximo 11 de septiembre, en su reunión en Tirana, la UEFA afrontará una doble decisión: resolver si el Villareal - Barça de la 17ª jornada de la Liga, previsto para el 20 de diciembre, podrá disputarse en el Hard Rock Stadium de Miami en lugar del Estadio de la Cerámica, y elegir la sede de la final de la Champions League 2027.
La junta directiva de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) aprobó el pasado 11 de agosto la solicitud planteada por el Villarreal y el FC Barcelona y ahora la decisión ha sido trasladada a la UEFA y, en caso de resolución positiva, se someterá a la aprobación final de la FIFA.
Paralelamente, la Serie A italiana sigue una ruta similar. Ha aprobado que el partido Milan-Como, previsto para el fin de semana del 7 y 8 de febrero de 2026, se juegue en Perth (Australia), dado que el estadio San Siro estará ocupado por la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Invierno en Milán-Cortina. A pesar del respaldo de la FIGC y la Lega Serie A, la decisión depende ahora de la UEFA, FIFA y las federaciones asiática y australiana.
Las iniciativas de LaLiga y la Serie A han generado fuertes reacciones. En España, la propuesta de trasladar el Villarreal-Barça fuera del país ha sido duramente criticada mientras otros defienden sus beneficios comerciales. En Italia, la justificación responde a motivos prácticos ineludibles, aunque también representa un salto hacia la globalización del fútbol europeo.
Finalmente, si la UEFA aprueba tanto el desplazamiento del partido de LaLiga como el cambio de sede para el enfrentamiento de Serie A, cada caso pasará a la FIFA para recibir la autorización definitiva.