Otro punto para el zurrón, que pudieron ser tres. Una media sonrisa, por tratarse el Athletic de un rival de Champions, y porque con este nuevo empate el Espanyol sigue sumando en casa, donde no pierde desde hace siete partidos y muchos meses. Durante unos minutos llegó incluso a soñar con el triunfo gracias a la fe de Roberto Fernández, que le robó la cartera a Unai Simón para mayor bochorno del guardameta. El empate final fue bendecido por la grada, que sin embargo volvió a ser noticia por proferir insultos racistas hacia el delantero Maroan.
Tardaron en desperezarse ambos equipos en un inicio de partido sin ritmo ni apariciones en las áreas. Todavía con la victoria frente al Real Madrid en el ambiente, el Espanyol quiso de nuevo ser un equipo reactivo, permitir al rival, en este caso el Athletic, sentirse a gusto con el balón y esperar en campo propio para encontrar opciones a la espalda de la defensa bilbaína.
Williams denunció insultos racistas contra su compañero Maroan Sannadi
Recuperó muchos hombres Manolo González para este duelo. Carlos Romero volvió al lateral y Urko reapareció en el medio. Además repitió su apuesta por Jofre en la derecha, en lugar de Antoniu Roca. El gironés fue el más inspirado entre los pericos y prácticamente todas las ocasiones de peligro, pocas en cualquier caso, llegaron por su banda. Antes del minutos 10 amenazó Jofre con un disparo desde dentro del área aunque con poco ángulo que rechazó Unai Simón.
Poco después un mal control de Romero permitió a Williams robar y centrar al área, donde Berenguer no llegó a tiempo para rematar. En es jugada el extremo del Athletic denunció que su compañero Maroan había recibido insultos racistas por parte de algún aficionado del RCDE Stadium. En 2020 ya denunció insultos de carácter racista y los responsables fueron llevados ante los tribunales sin que la sentencia se haya hecho pública. Ayer Cuadra Fernández paró el partido e inició el protocolo antirracismo. Lo comunicó a los capitanes y a los entrenadores y por la megafonía se escuchó un mensaje de advertencia. Si los insultos continuaban, no se continuaría jugando. A partir de ese momento, la grada se dedicó a pitar a Iñaki Williams cada vez que tocó el balón.
Ese incidente no cambió la dinámica del encuentro, pero el Espanyol vivió un tramo con imprecisiones graves en la construcción que el Athletic no supo aprovechar. Solo Urko González de Zárate ofreció criterio y capacidad para esconder el balón. Pero tan incapaz era el Espanyol de salir con el balón jugado, como el Athletic de aprovechar los groseros errores de los pericos para generar peligro. La más clara la tuvo Maroan, el gigante recién llegado en este mercado invernal, que tuvo tiempo para pensar en el área ante la inacción de Cabrera, pero si disparo se marchó desviado.
La picaresca de Roberto Fernández adelantó al Espanyol
El control fue casi total del Athletic hasta el descanso, aunque la ocasión más clara fue de nuevo para el Espanyol. Jofre superó de nuevo a Yuri en la derecha y puso un centra fantástico hacia el segundo palo. Allí Puado, libre de marca, remató fuera por muy poco.
Si el partido había sido feo en el primer tiempo, en el segundo la tendencia fue a peor. El Espanyol mejoró su intensidad sin balón, pero con él el despropósito era total. Sin embargo, un error gravísimo de Unai Simón valido su apuesta. El portero recibió en el área con tiempo para pensar, pero tardó un mundo en ejecutar el pase y Roberto Fernández lo aprovechó para llegar antes y enviar el balón a la red de manera casi insultante para el guardameta. La de del delantero, solo eso, ponía por delante a un Espanyol esforzado en cada acción.
Con el gol reaccionó Valverde desde el banquillo, que rápidamente dio entrada a Nico Williams y a Vesga. Pero el gol renovó la confianza del Espanyol, completamente ofuscado hasta ese momento, y comenzó a dominar con una suficiencia pasmosa a su rival. Posesiones larga y llegadas constantes que pusieron más nervioso a un Athletic completamente perdido. Sin embargo, en el mejor momento perico llegó el empate. Un córner lo remató completamente solo Sancet, con la fortuna de que el balón golpeó en Calero y eso despistó a Joan García.