Vivimos en un mundo en el que, por lo general, asociar la juventud al éxito no suele ser lo habitual. Se ha generalizado la concepción de que una persona de menos de 30 años tiene que pasar, primero, por un largo camino de precariedad laboral para poder alcanzar una buena situación profesional en el futuro. Sin embargo, la realidad es que conseguir un trabajo que reporte altos beneficios también es posible durante la década de los 20 años, incluso a través del emprendimiento.
Así lo afirma Danilo Domínguez, un joven cubano que aterrizó en Miami y que, con apenas 23 años, logró amasar una fortuna de varios millones. Hoy en día, dirige DDC Developments, una empresa líder en el sector del real estate, y tiene claro que la clave para que cualquier persona pueda lograr ese objetivo está en la mente de cada persona.
En un vídeo que ha publicado en su perfil de Instagram, Danilo explica cuál cree que fue la clave para pasar de no tener prácticamente nada a cosechar una cantidad tan elevada de dinero y grandes éxitos profesionales.
La actitud, cualidad principal para lograr el éxito
A la pregunta de cómo consiguió hacerse millonario con poco más de 20 años, Danilo Domínguez lo tiene claro: “el secreto fue la urgencia y la necesidad”, admite. “Cuando mezclas la urgencia y la necesidad con pasión y dedicación, es una mezcla que puede ser atómica”, continúa el joven emprendedor.
Es decir, habla sobre la importancia de mantener una buena actitud y predisposición mental para sacar adelante un proyecto. En este sentido, uno de los aspectos que destaca Domínguez es que todas las personas podrían lograr llegar a la situación en la que él se encuentra, pero no todas cuentan con la misma predisposición anímica y mental.
De hecho, Danilo opina que “si todos pudiéramos, mentalmente, tener la capacidad de entender cómo funciona el dinero y cómo funciona el ser humano, todo el mundo lo puede hacer”. O, lo que es lo mismo, es fundamental tener predisposición al éxito para alcanzarlo.
El Foro Económico Mundial se hizo eco de un estudio que demostraba que el éxito que cosechemos está más relacionado con nuestra personalidad que con nuestra inteligencia. Y, por tanto, la actitud que adoptemos ante las situaciones que vivimos tiene una gran influencia a la hora de determinar si saldremos airosos de ellas o no.
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El impulso de la acción es clave para avanzar
Analizando las palabras de Danilo Domínguez, destacamos los conceptos de urgencia y necesidad, que el empresario relaciona. Pero, ¿por qué es una combinación cuyo resultado es, en muchas ocasiones, tan positivo? Principalmente, porque la necesidad activa la urgencia de tomar acción para revertir una situación, generalmente, negativa.
Por un lado, en situaciones de necesidad, las personas sacamos toda nuestra creatividad para desarrollar proyectos de negocio que puedan ser rentables y que nos den un sustento económico. Y, por otro lado, la urgencia es el motor que nos impulsa a hacerlo rápido para no perder competitividad ni oportunidades.
No obstante, aunque la predisposición es un factor fundamental en el desarrollo de una idea de negocio, hay otra serie de factores externos que influyen en su éxito. El hecho de que el control de este tipo de aspectos externos no dependa de cada persona hace que lo que sí lo hace, la actitud, sea aquello en lo que más importante es centrarse a la hora de emprender.