Cuando Marta Marcilla aterrizó en Estados Unidos, lo hizo con una mentalidad muy española: ahorrar, evitar deudas y mantenerse lejos de los préstamos bancarios. Sin embargo, en cuestión de meses, esa filosofía dejó de tener sentido para ella. “En Estados Unidos, si no tienes deudas, el banco no te toma en serio”, asegura. Fundadora y CEO de Tsalach Real Estate, se convirtió en multimillonaria a los 29 años. Hoy, desde Miami, defiende con firmeza, desde su cuenta de LinkedIn, un sistema que, según ella, “te impulsa si sabes usarlo”.
El crédito como carta de presentación

Una moneda de euro y un billete de dólar
Y es que la percepción de la deuda cambia radicalmente a un lado y otro del Atlántico. En España, la palabra aún despierta recelo. En EE.UU., por el contrario, se percibe como una herramienta para construir riqueza. Según datos de la Reserva Federal, que recoge la BBC, en Estados Unidos circulan más de 334 millones de tarjetas de crédito, cifra que evidencia la profunda integración del crédito en la vida cotidiana. Desde alquilar una vivienda hasta acceder a un empleo, el historial crediticio es determinante. Esta visión pragmática del endeudamiento contrasta con la europea, donde aún pesa la idea de que pedir dinero es sinónimo de irresponsabilidad. No se trata de endeudarse sin control, sino de construir un historial sano y responsable.
Marcilla lo experimentó de primera mano. El sistema en EE.UU. está diseñado para que te endeudes, pero no como castigo, sino como una forma de crecer. Una afirmación que, en España, podría sonar a herejía financiera. En España, la cultura financiera sigue marcada por la cautela. Crecer a base de préstamos sigue viéndose con desconfianza, a pesar de que la inversión sea sólida. En España el mensaje es el de no deber nada, como si pedir fuera una señal de fracaso. Un hecho que lamenta Marcilla, ya que esta mentalidad conservadora, añade, puede llegar a limitar el emprendimiento.
La empresaria señala que en EE.UU. se premia el riesgo calculado. Te bajan las barreras si demuestras compromiso y sabes pagar. Allí, acceder a capital es más sencillo, siempre y cuando el historial sea favorable. Y el gobierno, según dice, lo incentiva activamente: “Todo está pensado para que, si quieres, puedas”.
Mientras tanto, en España, las oportunidades se enfrían por la falta de estructuras que promuevan el acceso al crédito desde edades tempranas. El miedo al endeudamiento (alimentado por episodios como la crisis de la burbuja inmobiliaria) sigue condicionando a miles de jóvenes. Lo cierto es que, como indican los expertos consultados por BBC Mundo, gran parte del problema es cultural. En países como Estados Unidos, pedir dinero no es sinónimo de necesidad, sino una forma estratégica de crecimiento.