Hay pequeños placeres cotidianos a los que es muy difícil renunciar. Ejemplo de ello es el café de las mañanas, capaz de arreglar hasta el peor de los días. Sin embargo, este consumo aparentemente inofensivo supone un importante coste a largo plazo. Forma parte de los llamados ‘gastos hormiga’ o micro spending; es decir, la práctica de gastar pequeñas cantidades de dinero de forma rutinaria. Esto, según el Banco de España, “acaba afectando a nuestra economía personal”.
“¿Y si este café tiene la diferencia entre irme de vacaciones o quedarme en casa otro verano?”, se plantea la experta en finanzas Esmeralda Gómez a través de una publicación de Instagram. En esta misma línea, los expertos de Nara Seguros aseguran que “la clave para una buena salud financiera no está únicamente en los ingresos, sino en cómo se gestionan los gastos y se fomenta el ahorro”.
El café diario
¿Lujo o enemigo del ahorro?
“Este café me ha costado dos euros”, prosigue Esmeralda Gómez. “Al cabo de una semana, cinco días, supone 10 euros. Y si esto lo calculas en un año, son 480 euros”. Precisamente, el problema de los gastos hormiga es que, por su carácter rutinario, se convierten en un importante desembolso económico capaz de pasar inadvertido.
Por supuesto, no solo se trata del café de la mañana. “Ahora, súmale las suscripciones que casi no usas: Amazon, Disney, Netflix… Casi 25 euros al mes. Ah, y ese gimnasio al que te has apuntado, pero no vas, son otros 35 euros al mes. Si sumamos todo, tenemos otros 700 euros anuales”, explica la experta en salud financiera. De esta forma, nos encontramos ante elevadas cifras que podrían estar frenando planes y metas económicas.
“¿Ves hacia donde vamos? En cafés, 480 euros; suscripciones y gimnasio, 700 euros; ropa que no necesitamos, 600 euros. En total, 1.780 euros anuales. El dinero que decías que no tenías para las vacaciones de tus sueños, estaba en tus bolsillos”, concluye Esmeralda Gómez.
¿Búsqueda de experiencias o adquisición de bienes duraderos?
La ‘diverflación’

En la actualidad, se priorizan más las experiencias gratificantes del momento
El Banco de España relaciona los gastos hormiga con la 'diverflación'. Este nuevo concepto “refleja el cambio en los hábitos de gasto de los consumidores, que priorizan las experiencias gratificantes en ocio frente a la adquisición de bienes o servicios duraderos como un vehículo o una vivienda”. Además, “este patrón de gasto no repara en el precio de los bienes y servicios que, en sectores orientados al ocio, corren el riesgo de dispararse, pese a la percepción de la ciudadanía de que ‘todo está más caro’”, añade la entidad bancaria.
A esto hay que añadirle además la influencia de las redes sociales y las ganas de ‘disfrutar de la vida’. De esta forma, los gastos hormiga se convierten en una forma de “recompensa inmediata”. Es importante tomar conciencia sobre este asunto y tenerlo en cuenta a la hora de planificar nuestros ahorros. No se trata de no gastar nada, pero identificar en qué se va el dinero y ajustar el consumo es clave para tener unas finanzas más sanas.