En una planta de producción, un pequeño brazo robótico se encarga de coger las piezas que fabrica una máquina y de colocarlas en la bandeja que irá al proceso de pulido. Esto es posible gracias a una pinza inteligente: se puede programar para que se abra más o menos y para que tenga más o menos fuerza o distinta velocidad. Si en otro momento el responsable de la fábrica decide emplear ese mismo robot para una tarea distinta podrá retirar fácilmente esta pinza y sustituirla por otra, igual de programable.
En la misma factoría, al final de la línea de producción, otro brazo robot de mayor tamaño se centra en paletizar las cajas que contienen el producto final. También este aparato cuenta con una pinza capaz de pasar las cajas de la línea al palé. Esta máquina se detendrá automáticamente si se encuentra con un obstáculo, como un operario que pasa por allí. Ésta es la gran diferencia de los robots colaborativos respecto a los robots industriales de toda la vida: un robot industrial no se habría detenido y, probablemente, el operario habría sufrido un accidente que incluso le podría haber causado la muerte.
OnRobot desarrolla herramientas, como pinzas, sensores y software para cobots
“Los robots colaborativos o cobots abren nuevas posibilidades para la automatización de tareas que son muy repetitivas, incluso si implican un trabajo milimétrico o versatilidad de labores. Éstos permiten a los operarios trabajar codo con codo con ellos en montaje, acabado de superficies, selección y colocación de piezas, mantenimiento de maquinaria o pruebas. Y para el fabricante, trabajar así supone un retorno de la inversión más rápido, además de ser más accesibles económicamente que los robots industriales”, explica Colin Poutiers, responsable del soporte de ventas de OnRobot
“Los robots colaborativos o cobots abren nuevas posibilidades para la automatización de tareas que son muy repetitivas, incluso si implican un trabajo milimétrico o una gran versatilidad”
Desde sus instalaciones en la Zona Franca de Barcelona, en el hub industrial DFactory, esta compañía danesa desarrolla herramientas, como pinzas, sensores y software para estos cobots. “Al combinar el robot con la herramienta adecuada y personalizada, lo que se consigue es gestionar procesos complejos en colaboración segura con los operarios.
Entre las aplicaciones que ofrece OnRobot hay pinzas mecánicas para levantar cualquier tipo de objeto, pinzas con ventosa para mover cajas de hasta 30 quilos y aplicaciones como un atornillador para automatizar procesos de ensamblaje, una pulidora que puede tomar el relevo del pulido manual, un sistema de visión o un sensor de fuerza.
La compañía de soluciones para robótica colaborativa ha vendido ya alrededor de 10000 productos alrededor del mundo
Todas estas herramientas para robots colaborativos las diseñan primando su practicidad, de modo que incluso los empleados sin formación técnica pueden aprender a utilizar y adaptar el robot en poco tiempo. “Queremos poner la robótica al alcance de cualquier cliente y evitar que éste pierda tiempo en diseñar sus propios productos: que saque de la caja nuestra herramienta, la acople a su máquina, sea de la marca que sea, y la tenga funcionando en un par de horas. Todo esto es posible gracias a un disruptivo software que hemos llamado D:PLOY”, añade Poutiers. Esto permite al fabricante controlar la automatización y ser capaz de hacer una redistribución de la producción en tiempo récord si los requisitos de producción se alteran. Un plus: un robot industrial es aparatoso, ocupa mucho espacio; uno colaborativo cabe en pocos metros.
Incluso los empleados sin formación técnica pueden aprender a utilizar y adaptar el robot con estas herramientas en un par de horas
La compañía de soluciones para robótica colaborativa ha vendido ya alrededor de 10000 productos alrededor del mundo, todos con capacidad de ser personalizables en función de las aplicaciones que se requieran: “Si, por ejemplo, un robot ha funcionado hasta ahora con una pinza de dos dedos y de repente el fabricante necesita que tenga tres, puede acoplar otro modelo de pinza y adaptar su aplicación en unos minutos”, expone Poutiers.
La pregunta obligada: ¿y no quitarán el trabajo a los humanos, estas herramientas colaborativas? Según los últimos datos disponibles del Instituto de Ingeniería de España, hay aproximadamente unos 190 robots por cada 10.000 empleos. La incorporación se está dando, sobre todo, en sectores como la industria y está sucediendo a nivel mundial. Si bien algunos robots ya están llevando a cabo trabajos que hasta hace poco desempeñaban personas, “éstos son los que se encargan de las tareas repetitivas, sucias y peligrosas, mientras los empleados pueden asumir tareas de mayor nivel, más adecuadas para la mente humana”, apunta el responsable del soporte de ventas de OnRobot.
Las tecnologías colaborativas son conocidas por aportar beneficios comerciales especialmente a las pequeñas y medianas empresas
De hecho, los sectores con más robots por trabajador suelen tener tasas de paro más bajas, según un informe de la Federación internacional de robótica. Esto sucede porque la implantación de robots da lugar a nuevas profesiones relacionadas con su diseño, instalación, mantenimiento, reparación o programación. “No estamos para sustituir la mano de obra sino para llenar la falta de cierta mano de obra”, añade Poutiers.
“No estamos para sustituir la mano de obra sino para llenar la falta de cierta mano de obra”
Las tecnologías colaborativas son conocidas por aportar beneficios comerciales especialmente a las pequeñas y medianas empresas, pero entre los clientes de está compañía también hay multinacionales y ambas son de todos los sectores de la industria, desde el automóvil a la alimentación, el lujo o la farmacia, ya que, como veíamos, facilitan y agilizan la automatización de tareas como paletizado, operación de máquinas CNC (que producen piezas mediante la sustracción de materiales), empaquetado, recogida y colocación, lijado, atornillado, etc. “Incluso tenemos clientes que son artesanos que necesitan pulir piezas de madera en vez de perder tiempo haciéndolo a mano”.
DFactory: el coworking de las sinergias
OnRobot, que se fundó en 2018 y tiene oficinas distribuidas por todo el mundo, instaló su sede española en el clúster de la industria 4.0 del Consorci de la Zona Franca de Barcelona en cuanto conoció el proyecto: “Era obvio que teníamos que estar en DFactory. Primero, porque Barcelona es una ciudad estratégica en robótica, ya que las principales compañías del sector están instaladas aquí; segundo, porque éste es un coworking plus plus plus, tenemos oficinas, almacén, servicio de paquetería, recepción… Todos los servicios que podríamos necesitar; y tercero, porque es un lugar estratégico para establecer sinergias con el resto de empresas, podemos hablar con ellas a diario, etc.
Incluso empleados sin formación técnica pueden aprender a utilizar y adaptar el robot con estas herramientas
“En DFactory se dan muchas sinergias, como la de Siemens y OnRobot: la primera posee un sistema de visión para detectar piezas desordenadas de una cesta y la segunda ha desarrollado unas pinzas que recogen esas piezas” (Pere Navarro, Delegado especial del Estado en el Consorci de la Zona Franca de Barcelona)
“Un ejemplo de las colaboraciones entre empresas que se han establecido en Factory es el caso de Siemens y OnRobot, que son vecinos, ya que se ubican pared con pared. Mientras que los primeros poseen un sistema de visión que sirve para detectar piezas desordenadas de una cesta, los segundos han desarrollado unas pinzas para coger estas piezas y así complementar este software. Tenemos otros muchos ejemplos de sinergias en DFactory, lo cual demuestra que la filosofía de colaboración que nos habíamos marcado al principio se está cumpliendo”, comenta Pere Navarro, Delegado especial del Estado en el Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB).
La primera fase de este hub, de 17.000 metros cuadrados, que empezó a funcionar en otoño de 2021 y que alberga compañías de robótica, sensórica, datos o impresión 3D, ya está casi al 90 % de ocupación. La activación de su segunda fase, otro edificio de 40000 metros cuadrados al lado del actual, está en marcha: “Esperamos que tanto las empresas que se ubican aquí y han crecido como las nuevas que han demostrado interés por formar parte de DFactoy, estén ya instaladas en el nuevo edificio a finales del año que viene, 2026”, concluye Navarro.