La tensión de precios dispara el alquiler por habitaciones en pisos compartidos

Crisis de la vivienda

La oferta crece en grandes ciudades y ofrece al propietario mayor rentabilidad

22 - 10 - 2018 / Barcelona / Piso donde se alquilan habitaciones de forma irregular en passeig del born / foto: Llibert Teixido

Dos habitaciones en un piso de alquiler situado en Barcelona

Llibert Teixidó

La tensión del mercado de la vivienda ha provocado un incremento del alquiler por habitaciones destinado a vivienda permanente en las grandes urbes y zonas turísticas. Los altos precios de los arrendamientos en relación al nivel de ingresos de familias de rentas bajas, jóvenes y migrantes está provocando el crecimiento localizado de una modalidad que no cuenta con información pública precisa ni de normativa propia. Para muchos ciudadanos la única opción para conseguir un techo son cuatro paredes en un piso compartido. Los expertos comienzan a acuñar el término “chabolismo vertical” para algunas situaciones.

El alquiler de habitaciones cuenta con cuatro modalidades. La más común consiste en un propietario que alquila su vivienda por habitaciones. El segundo formato es del dueño que reside en su domicilio y que arrienda una habitación o varias del piso. En la tercera, el propietario alquila su vivienda completa a una empresa y esta, a su vez, con permiso del dueño, subarrienda por habitaciones (es lo que se conoce en la jerga inmobiliaria como “rent to rent”). La cuarta modalidad es que un propietario alquile un piso y el inquilino subarriende el mismo por habitaciones, legal o ilegalmente. Ciudades como Madrid y Barcelona cuentan con los cuatro tipos y ya observan una quinta casuística que riza el rizo de la precariedad: alquiler de habitaciones compartidas. Es minoritario pero existe en la oferta.

El arrendamiento de un cuarto ya supera los 500 euros al mes de media, según Fotocasa

Encarnación González está jubilada y no tiene hijos. Vivía en Barcelona con su pareja, hasta que se separó. Vendió la vivienda familiar y se mudó a Valencia de alquiler. Su pensión es de 825 euros, por lo que no puede arrendar un piso completo. Comparte inmueble con tres personas más. No es su jubilación deseada, pero no tiene capacidad para costear un alquiler para ella sola.

Lee también

El precio de la vivienda baja un 50% a tan solo 30 kilómetros de Barcelona

Maite Gutiérrez
Horizontal

El alquiler de habitaciones ha proliferado en los últimos años como alternativa residencial con una especial incidencia en los barrios humildes de las grandes ciudades. Mientras más se ha ido tensando el mercado, más proporción de viviendas compartidas surgen. Las administraciones no disponen de registros públicos sobre cuántas viviendas están alquiladas por varios inquilinos, lo cual dificulta conocer la penetración de la modalidad.

Los únicos datos disponibles provienen de portales inmobiliarios y, por tanto, sólo ofrecen una radiografía de la oferta. La realidad es que es un fenómeno al alza. Idealista estima que el precio medio de una habitación de alquiler en España es de 420 euros al mes, con un crecimiento de la oferta de habitaciones en piso compartida del 7% interanual a cierre del primer trimestre del 2025. Según el portal, la demanda de esta modalidad de alojamientos crece al 8%. Fotocasa ofrece una conclusión similar, aunque eleva el precio medio de la habitación a 520 euros mensuales. “Los inquilinos nunca habían tenido que hacer frente a un coste tan alto como ahora”, concluye.

Lee también

El Plan Campamento: un nuevo barrio en Madrid con el 98% de pisos baratos

Fernando H. Valls
MADRID, 27/09/2024.- Una mujer fotografía una edificación en desuso durante la visita de la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, al nuevo barrio de Campamento en Madrid este viernes, tras el desbloqueo esta semana de iniciativa urbanística de Campamento por el pleno del Ayuntamiento de Madrid. EFE/ Daniel González

Existe, en las ciudades, una alta demanda de habitaciones por parte de inquilinos que no pueden pagar un alquiler entero. Es el caso de Estrella, salvadoreña que comparte una habitación con sus dos hijos en el barrio de Usera, en Madrid. Asegura que “no puede pagar otra cosa”. En la misma habitación duermen, los niños estudian y ella plancha. Por la noche los tres ven la televisión en sus camas. Tienen derecho a cocina compartida y cuentan con un baño particular. Dice que ella tiene suerte porque hay compatriotas suyos que tienen incluso que compartir el baño. No conoce de nada a los otros inquilinos de otras habitaciones. Son ocho personas en tres habitaciones. Su ‘casero’ les realquila la vivienda que él arrendó a un tercero.

Para un propietario, los beneficios del alquiler por habitaciones es mayor al del tradicional. “La rentabilidad es de un 9,3% frente al 6,1% del habitual”, señala Fotocasa. La modalidad tampoco requiere tanta atención como un piso turístico, apuntan los expertos. De hecho, cada vez son más las empresas especializadas en alquilar pisos compartidos. Badi, con epicentro en Barcelona, y Spotahome son dos ejemplos.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...