Cómo interpretar la decisión de Carles Puigdemont, de centralizar en la persona de Albert Batet la dirección de las campañas electorales de Junts y las relaciones con el mundo económico. Desde hace algún tiempo, Batet representa la bussines connection de los independentistas con las fuerzas vivas del empresariado y la burguesía catalana.
El movimiento se inscribe en la perspectiva del prácticamente seguro y próximo retorno a Catalunya de Puigdemont tras el anuncio del apoyo a la ley de amnistía del abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europa. Los cambios en Junts se anunciaron este pasado lunes, inmediatamente después de las novedades judiciales y en ellos se dibujan algunas de sus grandes preocupaciones.
Con el nuevo adjunto al presidente, que es el cargo que ostenta Batet, la superposición de funciones fija el rumbo hacia clases medias y empresarios, algo que ha caracterizado la política de Junts en esta última periodo.
Un rasgo político distintivo de la antigua Convergència de Jordi Pujol, que veía en el empresariado el tronco central de Catalunya. Aunque, sin duda, en la nueva versión de Junts con perfiles diferentes, aún por acabar de definir, o descubrir. Programa económico conservador, impuestos tan bajos como sea posible, apoyo al empresariado y contención del gasto público como ejes centrales. De momento, parece que Puigdemont, a la vez que piensa en taponar la vía de agua hacia Aliança Catalana, tampoco olvida el de las clases medias urbanas.
Albert Batet y Jorge Alcover.
El mismo Batet, exalcalde de Valls y diputado en el Parlament desde el 2012, es un exponente sociológico de esa clase empresarial. Su familia es propietaria de compañías agroalimentarias y su padre es vicepresidente de BonArea Corporació, el grupo de Guissona, un gigante del sector.
En nombre de Puigdemont, Batet ha concentrado esfuerzos en introducirse en los salones nobles del poder económico español y catalán. Estos eran muy reacios a la vitola independentista de Junts, pese a la confluencia en sus aproximaciones a los asuntos económicos. Una visión conservadora y defensora de la empresa, en línea con las posiciones políticas de la derecha clásica.
Batet ha acentuado ese perfil de la formación independentista. Intervino directamente para articular la oposición al impuesto a las energéticas o a la reducción de jornada a 37,5 horas. También contra la entrada de los sindicatos en los consejos de administración de las empresas. Y aún queda la batalla de la prórroga de la vida útil de las nucleares, de la que están a favor en Cataluña.
Mención especial merece la intensa campaña contra la opa del BBVA sobre el Sabadell, en la que Junts ha presionado al gobierno central para que endureciera al máximo sus condiciones a la operación. Junts presentó en el Parlament mociones pidiendo la prohibición de la misma. Y ahora, esperan recibir los réditos de esa apuesta.
En estos últimos meses los independentistas se han sentado a la mesa con muchos de los grandes de la economía española, desde la banca, a las telecomunicaciones, la energía, la construcción o los medios de comunicación.
En cualquier caso, ese proyecto neoconvergente depende, en primera instancia, de buenos resultados electorales en las generales como en las catalanas. Ahí es donde la viabilidad de esta apuesta de Puigdemont y Batet se juega supervivencia e influencia.
Escuela de negocios
El directivo de Goldman Sachs que financia al Barça presidirá ESADE Alumni
Esade alumni, la agrupación de exalumnos de la escuela de negocios barcelonesa, tiene previsto elegir nuevo presidente a Jorge Alcover, director general del banco de negocios Goldman Sachs, líder en el mundo financiero internacional, con enorme poder e influencia sobre los gobiernos y en el mundo de los negocios. Y que genera una mezcla de envidia y rechazo.
La elección de Alcover, quien también pasará a formar parte del Patronato de Esade, que preside Anna Xicoy, supone un cierto giro de guión en la escuela de los jesuitas, tradicionalmente alejada del mundo de las finanzas estilo Wall Street. Alcover, con dos décadas en Goldman, reside en Londres y su elección refleja el objetivo de la escuela de reforzar su atractivo internacional.
El directivo del banco norteamericano ha jugado un papel clave en la gestión, aprobación y diseño del préstamo de diversos inversores internacionales para financiar las obras de remodelación del Camp Nou por unos 1.450 millones de euros. Y como parte de esa labor, ha sido uno de los supervisores de la evolución de los trabajos, tanto desde el punto de vista de su calidad y rigor técnico, como de los desembolsos del dinero por los inversores durante las diferentes fases.
Esade ha mantenido siempre una estrecha vinculación con la conservadora elite económica barcelonesa, tradicionalmente próxima a los jesuitas. También desde mediados del siglo pasado a través del Cercle d’Economia. Ambos nacieron en el mismo año, 1958, a las puertas del Plan de Estabilización y los principales fundadores del foro económico - Carlos Ferrer Salat, Joan Mas Cantí, Carlos Güell de Sentmenat o Artur Suqué- habían pasado por sus escuelas o por el Institut Químic de Sarrià (IQS).
También muchos de los presidentes del Cercle lo han sido antes o después del Patronato de Esade, que nombra directamente la Compañía de Jesús. Este ha sido el caso de Juan Antonio Delgado, Juan José Brugera, Pedro Fontana o Jaume Guardiola.