Ikeagram

Opinión

Ikeagram
Senior Editor

Las fotos son curiosas. Gente de aspecto polinesio enarbolando banderitas suecas. Podría ser una imagen colonial del siglo XVIII en Samoa, Tonga, Tahití o Hawái, pero es la semana pasada y es Nueva Zelanda. Son trabajadores maoríes de IKEA que dan la bienvenida a los nuevos clientes con motivo de la llegada de la empresa sueca a la isla.

Entre los visitantes, el primer ministro Christopher Luxon —éste no es maorí—, que espera que la llegada de IKEA ayude con el grave problema del coste de la vida en el país. La última encuesta de Ipsos revela que la primera preocupación de los neozelandeses es el coste de la vida.

Más que redes de información habría llamarlas de uniformización

No sé si la llegada de IKEA influirá en el bolsillo de los kiwis, pero lo que sé a ciencia cierta es que lo hará en su interiorismo; los apartamentos de Nueva Zelanda ya serán tan indistinguibles de los de Estocolmo como lo son los de Milán, Rotterdam o Barcelona.

Las redes de información sirven para el intercambio de ideas. Si una tecnología nos da dinero, se propaga de forma inevitable. El alfabeto se expande por la mediterránea en el siglo IX a. C. Gracias a las redes de comercio fenicias. No es que griegos y compañía quisieran el alfabeto para escribir la Ilíada, sino porque veían que a los fenicios les ayudaba a ganar dinero. Sencillamente, el alfabeto resultaba mucho más eficiente que los sistemas de escritura logográficos y silábicos de la época.

Es el mismo camino que ha recorrido IKEA –o la idea de IKEA– en su expansión global. La exportación de su modelo fuera de Escandinavia comienza en la década de 1970 y explota en la de 1990: el interiorismo escandinavo llega a todas partes. El fenómeno, sin embargo, tiene una segunda réplica con la llegada de las redes sociales: el interiorismo prêt-a-assembler se amplifica por el prêt-a-partager . Las redes sociales, especialmente las basadas en la imagen —Instagram y Pinterest—, hacen que los estilos que más acumulan más me gusta sean los más vistos, los más compartidos y, en consecuencia los más replicados en el mundo físico. Las redes de información se convierten en redes de uniformización.

La uniformización del interiorismo en base a diseño foráneo, generalmente de matriz norte-europea y anglosajona, se expande también al ámbito público. El interiorismo y el exteriorismo de cafés, barberías o panaderías, perdón, bakeries , de cualquier ciudad occidental es igual al de cualquier otra ciudad occidental. La fuerza del me gusta hace que estos establecimientos piensen más en servir al algoritmo que a quien entra por la puerta; en servir a avatares digitales más que a clientes reales. Al final, hemos terminado con espacios diseñados por la última tendencia en la red en lugar de por la tradición constructiva local. Aquí y, a partir de ahora, también en Nueva Zelanda.

Retiro lo de que no era una imagen colonial.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...