Alianzas empresariales y fusiones: factores clave que hay que tener en cuenta
CONSEJOS EMPRESARIALES
Toda alianza requiere claridad de objetivos, funciones definidas y un plan para resolver discrepancias

Las alianzas empresariales solo funcionan cuando hay confianza, reglas claras y una buena preparación previa

Cuando una empresa tiene la necesidad de implementar una nueva tecnología, hacer crecer su mercado aprovechando sinergias con otra empresa del sector —ya sea del mismo ámbito, equivalente o complementario—, o bien quiere aumentar su volumen de negocio, es muy importante valorar bien los riesgos y los beneficios antes de dar el paso. Muchas de estas operaciones, una vez llevadas a cabo, son de difícil reversión.
Por eso, es imprescindible contar con un buen asesoramiento y realizar una due diligence adecuada. Este análisis nos permitirá detectar contingencias, posibles deudas ocultas y obligaciones que quizás no teníamos claras. Imaginemos que queremos fusionarnos con una empresa y no hacemos la due diligence: una vez hecha la fusión, pueden aparecer demandas, conflictos con proveedores, clientes o trabajadores que no habíamos contemplado. En ese momento, al ser ya una única sociedad, deberemos asumir toda la responsabilidad de los actos realizados en el pasado como nuevo socio.
Lo primero que siempre debemos hacer es definir la finalidad de la joint venture o de la alianza. Tenemos que saber qué queremos conseguir conjuntamente y hacia dónde nos dirigimos. Después, hay que establecer cuáles serán las funciones de cada socio. Por ejemplo, si hablamos de empresas tecnológicas, es importante concretar cuál desarrollará el producto y cuál se encargará más de la comercialización.
También considero esencial prever los mecanismos de resolución de conflictos. Antes de empezar, debemos tener claro cómo resolveremos las discrepancias que puedan surgir. Cuando el problema ya existe, es mucho más difícil ponerse de acuerdo sobre cómo solucionarlo.
Finalmente, debemos dejar por escrito cómo se podría deshacer la alianza si las cosas no evolucionan como se habían previsto. Desde mi punto de vista profesional, es básico tener claro qué hará cada cual, qué pasará si no nos ponemos de acuerdo y cómo saldremos de la situación si realmente no es posible llegar a consensos.
