“Hay viajeros que regresan llorando y nos dicen: ‘Gracias por este regalo de viaje’. Eso no tiene precio”
Namalion
Dani Mena dejó su carrera en marketing para fundar Namalion, una agencia de viajes alternativos que invita a reconectar con uno mismo y con las culturas locales

Uno de los grupos que ha organizado Namalion en Bután
Después de veinte años en el mundo del marketing y la publicidad, Dani Mena decidió frenar. Había trabajado en puestos directivos, con buenos sueldos y estabilidad, pero algo dentro de él pedía un cambio. “El cuerpo me pedía hacer algo diferente”, reconoce Mena. Ese impulso lo llevó a fundar Namalion, una agencia de viajes independientes que no busca destinos turísticos ni experiencias de catálogo, sino vivencias inmersivas que dejan huella en quienes las viven.
He viajado muchísimo y me he dado cuenta de que el mundo es maravilloso”
Mena, que ha estado en más de cien países, conoce el poder que tiene viajar para ver el mundo desde otra perspectiva. “He viajado muchísimo y me he dado cuenta de que el mundo es maravilloso. Pasan más cosas buenas que malas, pero solo vemos las malas porque es lo que se consume”, afirma. Desde esa convicción nació Namalion, que este 4 de diciembre cumple dos años de vida y ya ha superado los 200 clientes. Todos ellos han apostado por una forma de viajar distinta: con sentido, con conexión y con humanidad.

Los viajes de Namalion están pensados para quienes buscan experiencias profundas. Mena los diseña personalmente y, en la mayoría de los casos, acompaña a los grupos como coordinador. “No somos una agencia tradicional. Nuestros viajes no consisten en tachar destinos de una lista, sino en vivirlos desde dentro, conectar con la gente local y entender otras formas de ver la vida”, explica.
Algunos de los destinos: Socotra, Tayikistán, Kirguistán, Nepal y Bután
Los destinos hablan por sí solos: Socotra, Tayikistán, Kirguistán, Nepal, Bután… lugares poco habituales donde la hospitalidad y el descubrimiento personal se convierten en el eje del viaje. Un ejemplo es su ruta por la India. “Por supuesto visitamos el Taj Mahal, porque es parada obligada, pero al día siguiente nos vamos en bicicleta por aldeas donde no hay turistas. Allí vemos cómo ordeñan las vacas y nos invitan a té. Esos momentos son los que la gente recuerda toda su vida”, cuenta.
Visitamos el Taj Mahal, porque es parada obligada, pero al día siguiente nos vamos en bicicleta por aldeas donde no hay turistas”
Todos los viajes son en grupo y desde la agencia buscan que sean grupos afines en cuanto a inquietudes e intereses. Los perfiles son variados y diferentes y no todos buscan el mismo tipo de experiencia. “Aunque normalmente dormimos en hoteles cómodos para descansar tras un día lleno de experiencias, a veces dormimos en tiendas de campaña en lugares vírgenes como la isla de Socotra, o pasamos una noche en casas de gente local. Es parte de la magia del viaje: vivir como ellos viven”, añade Mena.

Más que una agencia, Namalion se ha convertido en una comunidad de viajeros conscientes. Cada persona que se apunta a un viaje tiene una entrevista previa con el equipo, donde se evalúa si el destino encaja con su momento vital. “Mucha gente viene buscando algo más que un viaje: hay personas que atraviesan cambios personales, aislarse de su insatisfacción laboral por unos días, separaciones, pérdidas… Para ellas, viajar puede ser una forma de empezar de nuevo”, explica.
Mucha gente viene buscando algo más que un viaje: cambios personales, separaciones, pérdidas… Viajar puede ser una forma de empezar de nuevo”
Esa cercanía y acompañamiento han sido clave para fidelizar a los clientes. “Hay viajeros que regresan llorando y nos dicen: ‘Gracias por este regalo de viaje’. Eso no tiene precio”, comenta emocionado Mena. Hoy, gran parte de los nuevos clientes llega por recomendación, una señal de que la experiencia deja huella real.
Con solo dos años de vida, Namalion ya se enfrenta a su siguiente reto: crecer sin perder su esencia artesanal. “Estamos en un punto en el que no puedo absorber más. No quiero bajar el nivel de servicio, así que estamos poniendo estructura y procesos antes de expandirnos”, explica Mena. En esta nueva etapa está incorporando coordinadores y reforzando el equipo interno para poder seguir ofreciendo la misma calidad.
De cara al futuro, el objetivo es internacionalizar la marca y ofrecer algunos de los viajes también en inglés, sin dejar de lado el público hispanohablante. “Queremos llegar a más gente, pero sin convertirnos en una agencia masiva. Lo importante es mantener la esencia: mostrar al mundo que hay otras maneras de viajar, y que la felicidad no depende de lo externo, sino de lo que somos por dentro”, concluye Mena.
Lecciones de Vanguardia
Dani Mena, fundador de Namalion
“Cuando empezamos algo nuevo, todos queremos resultados rápidos, pero los proyectos se construyen con tiempo. Para recoger hay que sembrar, regar y esperar. Nos enseñan a evitar los problemas, pero quien realmente avanza es quien los busca, porque eso te obliga a aprender, a fortalecerte y a encontrar soluciones”.
