Sophie Chandauka, la presidenta del consejo de administración de la oenegé Sentebale, lanzó graves acusaciones el domingo contra uno de los principales benefactores de la organización, el príncipe Enrique, al que acusó por “intimidación” y “acoso” para que ella dejara su puesto. Chandauka ya había sido noticia por protagonizar un pequeño malentendido que algunos elevaron a pelea con Meghan Markle durante un acto público y, según ha publicado este lunes The Telegraph, ese incidente tiene mucho que ver con el distanciamiento entre los Sussex y la presidenta de Sentebale.
Ese instante de tirantez entre Markle y Chandauka durante un torneo de polo en abril del 2024 que se hizo viral por dudar sobre dónde debían colocarse para posar en una fotografía es el detonante de su mala relación. Según el citado medio, el príncipe Enrique le pidió tras ese episodio a Chandauka que “emitiera algún tipo de declaración de apoyo” a Meghan para disipar cualquier rumor de tensión entre ellos, y ella descartó hacerlo al encontrar los mensajes del príncipe “desagradables” y en un tono “arrogante”.
Su negativa a respaldar públicamente a Markle tras el incidente en el Royal Salute Polo Challenge en Wellington, Florida, los posteriores conflictos internos que le siguieron y la voluntad de ella de seguir en el puesto fue lo que llevó al príncipe a renunciar al patrocinio de la organización benéfica. Sentebale, que significa no me olvides en la lengua local de Lesotho, es un proyecto que ayudó a fundar el hijo pequeño de Carlos III en el 2006 junto al príncipe Seeiso de Lesotho para amparar a personas del sur de África que padecen VIH, especialmente en Lesotho y Botsuana.
Durante la entrevista de Chandauka en Sky News en la que acusó al príncipe de acoso, esta también habló de su encuentro con Markle. Según su relato, igual que el resto de asistentes no había sido informada de la asistencia de la duquesa al partido de polo y llegó por sorpresa junto a su amiga Serena Williams: “Y entonces la coreografía salió mal en el escenario porque había demasiada gente”.

Nacho Figueras, Sophie Chandauka, el príncipe Enrique y Richard Miller.
Tras ese incidente, “lo que el príncipe Enrique quería hacer era expulsarme y duró meses. Duró meses, en forma de intimidación, acoso”, dijo, asegurando “que tenía pruebas sobre este tema”. Según Chandauka, acusada a su vez de mal gobierno por parte de la junta directiva, había una cultura de “silencio” dentro de la organización, y los miembros de la junta dudaban en hablar en contra del duque de Sussex o simplemente hablar de temas complejos. Además, ella dejaba entrever que la oenegé era un “proyecto vanidoso” de Enrique y Seeiso.
Ambos príncipes señalan que “estos fideicomisarios actuaron en interés de la organización al pedir a la presidenta que dimitiera, teniendo en cuenta el bienestar del personal. A su vez, ella demandó a la organización para permanecer en este puesto voluntario, lo que subraya aún más la ruptura de la relación”. Aseguran también que ellos se han visto obligados a dejar la organización, y no de forma voluntaria. Chandauka, por su parte, ha acusado a Enrique de “victimismo” por usar “a la misma prensa que desdeña para perjudicar a las personas que tienen el valor de cuestionar su conducta”.
No es el primer colaborador de los duques de Sussex que denuncia acoso. Antes de su entrevista con Oprah Winfrey en el 2021, The Times publicaba una información asegurando que varios trabajadores del palacio de Kensington oficializaron quejas en 2018 por el bullying que presuntamente recibían por parte de la duquesa de Sussex. Aunque esas quejas se investigaron todo quedó en papel mojado.
En este sentido, un reciente artículo en profundidad de Vanity Fair sobre la pareja abordó la controversia permanente que dibuja a Markle como una “matona insoportablemente demandante”. Varios de los testimonios que han trabajado con ella ratifican la dificultad de trato cuando las cosas no salen como la pareja quiere e incluso algunos excolaboradores han necesitado “terapia prolongada” tras el comportamiento de la duquesa “como una adolescente a lo Chicas malas” enfrascada en el revanchismo “con personas muy por debajo de su estatus”.