En torno al 80% de los hogares monoparentales están encabezadas por mujeres, buena parte por elección propia. Se trata de un modelo de familia cada vez más común para el que el sistema público no está del todo preparado. Entre los retos que afrontan a estas familias hay un riesgo más alto de pobreza, menos acceso a ayudas que otros tipos de familias y una falta de reconocimiento institucional. “Es una leyenda urbana que siendo madre soltera te mantiene el Estado”, señala Alícia González, miembro de la junta de Catalunya de la Asociación Madres Solteras por Elección (AMSPE). “De hecho, en el ámbito estatal, no existimos porque no hay un criterio unificado, cada comunidad tiene una normativa e, incluso, definiciones diferentes, si es que tienen,” explica.
Esta maestra y madre monoparental por voluntad propia ha experimentado en primera persona las dificultades económicas que pueden ir asociadas en este modelo de familia. González tiene dos hijos, uno de siete años y otro de un año y medio. Tuvo que volver a casa de sus padres por las dificultades económicas, y a pesar de todo no pudo acceder a ninguna ayuda.
González remarca que depende del lugar del estado donde se encuentre una familia monoparental, el apoyo que puede recibir es muy dispar. Estatalmente, toda unidad familiar monoparental puede acceder a una ayuda del Instituto español de la Seguridad Social, siempre que ingrese menos de 14.900 euros anuales. En este caso recibirá un único pago de 1.000 euros. La miembro de la junta de MSPE lamenta que el tope es un nivel de ingresos muy bajos.
La cosa no mejora mucho con respecto a Catalunya. Si se tiene el carnet de familia monoparental, se puede acceder a un único pago de 750 euros, siempre que no se cobre más de 20.900 euros. Además, el trámite se tiene que hacer en los 30 días posteriores al nacimiento. “Tienes que hacer todo este trámite, con los puntos de la cesárea todavía, como quien dice”, crítica González, que apunta que el carnet monoparental ofrece ventajas limitadas. “Te sirve para escoger escuela, pero tampoco te asegura nada. De hecho, a medida que la criatura crece, muchas escogen no renovarlo porque sirve de poco”.
A medida que la criatura crece, muchas escogen no renovarlo porque sirve de poco
Familias, pero diferentes a los ojos de la administración
Mientras que dependiendo de la comunidad o, incluso, del municipio, los hogares monoparentales pueden tener unas ayudas u otras, la mayoría de los criterios en torno a las familias numerosas están unificados bajo una ley propia: la ley de protección a la familia numerosa. Para González este reconocimiento a un modelo de familia y no a otro es un agravio. Y apunta el origen: “Las familias numerosas tienen una ley porque vivimos en un país con una tradición católica, apostólica y romana”. Sin embargo, al margen del reconocimiento legal, el concepto de familia hace años que cambia.
No queremos quitarle las ayudas a las familias numerosas, lo que queremos es igualdad
González critica que las ayudas y facilidades que reciben las familias numerosas, al margen de la renta, o el reconocimiento jurídico como estructura familiar, son algunas cuyas protecciones las madres solteras por elección no pueden disfrutar, a pesar del riesgo mayor de pobreza que experimentan, según datos de Save the Children.
“No queremos quitarle las ayudas a las familias numerosas, lo que queremos es igualdad”, subraya González, que destaca que las madres monoparentales están aportando hijos en una sociedad envejecida con riesgo y menos protección administrativa. “Estamos en una sociedad donde, en vez de tiendas para niños, cada vez se abren más tiendas para perros. Por favor, si queremos tener futuras generaciones se tienen que proteger todos los tipos de familia”.
La ley de familias, una reivindicación cronificada
González señala que la prioridad de MSPE es la tramitación del proyecto de ley de familias. Sin embargo, no es una tarea fácil. En marzo se cumplió un año desde que el Consejo de Ministros la envió al Congreso de los Diputados para tramitarla parlamentariamente. Desde entonces, el texto ha quedado cogiendo polvo en un cajón del Congreso. No es el primero, ya que la tramitación de esta normativa se ha visto retrasada hasta 30 veces.