Shaquille O’Neal ha contado muchas historias de su vida, pero pocas tan personales como esta. En el pódcast Armchair Expert, presentado por Dax Shepard, el legendario pívot de los Lakers reconoció que durante años fue adicto a los analgésicos. “Estaba discutiendo con mi médico y me dijo: ‘Eras adicto’. Y sí, lo era. Pero yo no me sentía colocado”, explicó. Para él, no era un consumo recreativo: era un recurso constante para seguir compitiendo.
“No se lo dije a mi esposa, ni a mis hijos, ni a mis amigos”
Shaquille O’Neal admite que abusó de analgésicos para aliviar dolor y angustia sin que su familia lo supiera
El exjugador contó que solo los preparadores físicos lo sabían. “No se lo dije a mi esposa, ni a mis hijos, ni a mis amigos”, confesó. En aquel momento estaba casado con Shaunie O’Neal y no quería que su familia conociera esa dependencia.
Su manera de tomar la medicación reflejaba hasta qué punto había normalizado el abuso. “Si la caja decía ‘tome una’, yo me tomaba tres”, admitió. La razón, según explicó, era doble: “Está la ausencia del dolor físico… y luego la ausencia de la angustia mental. Aunque no te sientas drogado, si estás sufriendo mentalmente y eso te da alivio, sigues tomándolo”.
Ese alivio tuvo un coste. O’Neal reconoció que sus análisis mostraban “valores muy bajos” y que tanto su hígado como sus riñones sufrieron el impacto del consumo prolongado. Ahora, asegura, está “arreglando todo” y se mantiene alejado de esos fármacos.
Durante su etapa como jugador, el patrón se repetía: uso intensivo durante la temporada y abandono completo en verano. En su momento, lo veía como una prueba de que no estaba enganchado, pero con el tiempo entendió que sí lo estaba. La presión de las lesiones, el ritmo de la competición y problemas personales, como su divorcio, fueron un caldo de cultivo.
Hoy, O’Neal mira hacia delante. Con 53 años y casi 15 retirado de las canchas, ya piensa en la vida después de la televisión. Ha vuelto a la Universidad Estatal de Luisiana para estudiar Psicología del Deporte, aunque su objetivo final es otro: ser mentor de jóvenes atletas. “Muchos necesitan tener a alguien así en sus vidas”, afirma. Y quiere hacerlo de forma directa, desde la experiencia y el acompañamiento personal, no desde un despacho.