Brad Pitt ya no es solamente el icono de Hollywood que marcó a una generación con películas como Seven o El curioso caso de Benjamin Button. Hoy, a sus 61 años, el actor se muestra más humano que nunca. Así lo dejó entrever en una conversación con GQ junto a su amigo George Clooney, donde reflexionó con honestidad sobre lo que significa cruzar el umbral de los 60 y convivir con una idea inevitable: la mortalidad.
“Empiezas a comprender la idea de la mortalidad y que es algo con lo que todos tenemos que lidiar. Te vuelves más consciente de ello”, reconoció Pitt, dejando entrever un tono de serenidad y aceptación. Sus palabras revelan el momento vital en el que se encuentra: menos obsesionado con el vértigo de Hollywood y más enfocado en lo que realmente le da sentido a su vida.

Brad Pitt compra una icónica casa de la Costa Brava y la traslada a California.
En la charla con GQ, el intérprete admitió que ahora prioriza su bienestar, el tiempo con sus seres queridos y la capacidad de disfrutar de lo sencillo. “Estoy intentando vivir con la gente que quiero, respirar aire fresco, disfrutar del verde… me he vuelto ese tipo de persona”, dijo entre risas, consciente de que sus prioridades han cambiado.
El actor también explicó que, tras más de tres décadas de carrera, la búsqueda de nuevas experiencias se ha vuelto más difícil, pero también más valiosa. La edad, asegura, no lo frena; simplemente lo obliga a replantearse cómo y con quién quiere invertir su tiempo. “Antes hacía una película al año, ahora hago una cada año y medio. Y me basta. Estoy en la misma trayectoria, pero más enfocado en disfrutar lo que realmente importa”, afirmó.
En la misma conversación, Clooney —tres años mayor— coincidió en que el paso del tiempo obliga a mirar la vida de otro modo. Ambos recordaron que, aunque el cine les ha permitido prolongar sus carreras más allá de lo habitual, la realidad del cuerpo y la finitud se imponen.
Estoy en la misma trayectoria, pero más enfocado en disfrutar lo que realmente importa

Brad Pitt y George Clooney en una imagen de archivo
Ese equilibrio entre aceptar la fragilidad del tiempo y, al mismo tiempo, seguir adelante con entusiasmo, parece definir la etapa actual del actor. Tras décadas de fama mundial, de ser perseguido por paparazzi y de protagonizar titulares en su vida personal, Pitt busca su propio refugio en la sencillez entre su casa en la Provenza, sus viñedos y la compañía de sus amigos más cercanos.
El hombre que durante los noventa fue un símbolo de juventud y deseo global, hoy se reconoce más en la serenidad que en la euforia. Habla de la mortalidad sin dramatismo, como parte de un proceso natural, y proyecta la imagen de alguien que no teme al futuro, sino que lo asume como una oportunidad para seguir viviendo con calma, creatividad y afecto.