Una conversación con un monje tibetano en Bali terminó marcando un punto de inflexión para Lizzo. Según ella, aquel hombre que desconocía que estaba ante una artista internacional le aconsejó confiar en sí misma y dejar de preocuparse tanto por la opinión de los demás.
A partir de esas palabras, afirma a Women's Health haber sentido una claridad que le permitió liberarse de presiones externas y protegerse sin levantar murallas. Esa nueva seguridad encajaba con el camino de autodescubrimiento que ya había comenzado meses antes, cuando decidió reorganizar su vida y su cuerpo.
Nueva etapa
Quiso bajar de peso para mejorar su vida
La cantante, cuyo verdadero nombre es Melissa Jefferson, atravesó uno de los periodos más duros de su carrera en 2023, cuando fue denunciada por tres exbailarinas por presunto acoso sexual y humillaciones relacionadas con el peso. Poco después, una estilista presentó otra demanda contra su equipo. Ella negó esas acusaciones, aunque el proceso con las bailarinas sigue en marcha y la otra causa continúa contra su empresa.
Reconoce que aquella etapa le hizo aislarse y hundirse anímicamente. “Me volví muy paranoica e incluso dejé de hablar con mi terapeuta”, contó al recordar cómo llegó a apartar a todo su entorno.
Superar esa fase implicó un trabajo profundo. Empezó por delegar sus redes sociales, cortar relaciones dañinas y retomar la terapia. Se apoyó en prácticas como pilates, meditación, ayunos y cambios alimenticios, además de recuperar el contacto con amistades en entornos más saludables.
Paralelamente, combatía dolores de espalda provocados por discos dañados que la obligaron a replantearse sus hábitos. Por primera vez se marcó un objetivo de peso concreto y diseñó un plan de entrenamiento con el preparador físico Marvin Telp, que la acompañó en rutinas semanales de fuerza y cardio.
Ese cambio no se limitó al ejercicio. También revisó su alimentación, dejando atrás una etapa vegana mal estructurada y pasando a una dieta rica en proteínas y verduras. Admitió haber tenido problemas de atracones, algo que poco a poco logró controlar. Hoy afirma sentirse capaz de disfrutar de un capricho sin sobrepasar sus propios límites, orgullosa de haber conseguido un equilibrio sostenible.
La artista mantiene que todo este proceso ha transformado su relación con el cuerpo y con la música. Ahora prepara un nuevo álbum, Love in Real Life, en el que aborda pérdidas, traiciones y la búsqueda de conexión humana.
Con un tono más íntimo, asegura que esta vez muestra el camino en lugar del resultado. O dicho en sus propias palabras: “Estoy orgullosa de la persona en la que me he convertido. Siento que he convertido todo lo que he pasado en crecimiento”.

