Pedro Sánchez ha acudido este jueves al Senado para una de las comparecencias más esperadas de la legislatura. Pero, más allá del contenido político, un detalle ha acaparado la atención: por primera vez, el presidente del Gobierno ha aparecido en público con gafas.
El gesto, aparentemente menor, ha tenido un notable impacto visual. Sánchez ha lucido unas gafas de montura gruesa, cuadrada con bordes redondeados y de color negro, un diseño de inspiración retro que le aportaba un aire moderno y sofisticado. Algunos estilistas consideran que este diseño suaviza las facciones, aporta estructura al rostro y, sobre todo, rejuvenece. Un complemento que ha despertado comentarios tanto en el ámbito político como en el de la moda.
Pedro Sanchez durante su comparecencia
En su intervención ante la comisión de investigación del caso Koldo, el líder del Ejecutivo ha alternado momentos con y sin gafas: se las ha colocado para leer documentos y retirado para dirigirse a los senadores. Todo apunta a que el presidente podría padecer presbicia —vista cansada—, un problema visual común a partir de los 40 años.
Está claro que actualmente las gafas se han convertido en un elemento tan indispensable como la ropa o cualquier otro complemento. La intención de Sánchez parece clara: proyectar una imagen actual, cercana y confiable.
Pedro Sánchez durante su comparecencia en el Senado
El presidente del Gobierno ha completado su look con un traje azul marino de corte clásico, camisa blanca y corbata verde texturizada. Un conjunto sobrio y profesional al que las gafas añaden un toque de modernidad y frescura. En un contexto político donde cada gesto se analiza al detalle, el accesorio se convierte en una herramienta de comunicación más.
Las gafas del presidente han sido un recurso también para evaluar el resultado de su comparecencia. El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, tiró de ironía al señalar que “al PP le ha salido tan bien lo del Senado que la noticia son las gafas de Sánchez”. En las filas socialistas también bromeaban con ir esta misma tarde a una óptica a buscar las mismas gafas por miedo a que el modelo se convierta en tendencia y se agote.
