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Viajar por obligación o por devoción

Newsletter de Historia y Vida

Colón, mongoles y cuando Hitler fue nominado al Nobel de la Paz en la edición de esta semana

Futbolistas del Everton (Liverpool) y sus esposas rumbo a Torremolinos tras ganar la liga de 1963 

(Getty Images)

Verano es el momento de viajar por excelencia y al calor de ello la industria turística ha desarrollado una actividad que ha ido creciendo en volumen y en complejidad en las últimas décadas. Pero viajar por ocio y de forma masiva es algo reciente, hasta hace relativamente poco era algo casi reservado a exploradores o a militares. O reos.

Turistas británicos jubilados frente al hotel Rio Park de Benidorm, 1983 

(Getty Images)

Turismo masivo. Hace casi 60 años una innovación cambió la forma de viajar y disparó la industria turística hacia la masificación y los bajos precios. En pleno tardofranquismo, los trabajadores británicos tuvieron acceso al paquete turístico, una modalidad que les permitía, con dos semanas de salario, disfrutar de vacaciones en España todo incluido. Fue el inicio de un boom que proporcionó una lluvia de ingresos: es lo más parecido que el país ha tenido al plan Marshall.

Georgianos contra mongoles, en una obra de Haitón de Córico 

(Dominio público)

El terror mongol. En la Edad Media, un pueblo nómada de oscuros orígenes excitó la imaginación –y el pánico- de media Europa. Los mongoles, sus tácticas y el aura de invencibilidad de sus jinetes, superior a la de las antiguas legiones romanas o las huestes de Alejandro, causaron terror en el continente, una sensación cuidadosamente estimulada por los hombres de Gengis Kan. Sin embargo, al final se demostró que también ellos eran humanos.

La biografía de Cristóbal Colón arroja luz sobre aspectos poco conocidos 

(Dominio público)

Colón, el quejica. El descubrimiento de América (aunque hay quien prefiere hablar del descubrimiento de los europeos por los nativos americanos) sigue arrojando sorpresas. El historiador Esteban Mira Caballos afirma que Cristóbal Colón, pese a las evidencias de que el lugar al que había llegado pertenecía a un continente desconocido, siempre sostuvo que se trataba de Asia. Mira califica a Colón de victimista: “Era el típico quejica que se lamenta de su mala suerte pase lo que pase”.

Un preso republicano, en un campo de concentración franquista de Burgos 

(Biblioteca Digital Hispánica / Otras Fuentes)

Campos de concentración franquistas. Miles de presos republicanos fueron trasladados contra su voluntad a cientos de kilómetros lejos de sus lugares de origen después de la Guerra Civil para ingresar en los campos de concentración del franquismo, una infraestructura relativamente aún poco conocida de la represión del régimen. El trabajo de los arqueólogos da una idea de las penalidades a las que fueron sometidos los reclusos.


Más allá

Uno de los trabajos de Hoefnagel 

(Dominio público)

Un hombre del Renacimiento. No es uno de los nombres más conocidos del Renacimiento flamenco, pero la obra de Joris Hoefnagel revela a este artista como una figura muy de su tiempo, con actividad en muchos campos distintos. Lo más sorprendente de su producción son sus trabajos sobre animales, pero sobre todo los que representan insectos, de un enorme nivel de detalle y una gran belleza. Lo muestra este vídeo del canal de Youtube Nerdwriter en colaboración con la National Gallery of Art de EE.UU.

Mapas vintage. La Biblioteca Nacional da acceso en su web a una gran colección de mapas antiguos digitalizados. Navegar por las más de 14.000 reproducciones procedentes de todo el mundo permite ver no solo cómo ha evolucionado la cartografía a lo largo de los siglos, sino cómo se ha ido modificando la visión del mundo.


Déjà vu

Nobel de la Paz. Esta semana ha causado sorpresa la iniciativa del primer ministro israelí Beniamin Netanyahu de pedir formalmente el premio Nobel de la paz para Donald Trump, “que es bien merecido” por la participación estadounidense en los bombardeos sobre las instalaciones nucleares iraníes. Ha causado sorpresa porque, en principio, el inquilino de la Casa Blanca no parece encajar con un perfil de campeón del pacifismo, aunque posiblemente sus partidarios opinen lo contrario.

Las propuestas inesperadas para este galardón se han producido en muchas ocasiones anteriormente pues la lista es tan larga (casi 300 el año pasado) que en ella tienen cabida muchos nombres. Aquí se puede consultar el archivo de candidatos al Nobel de las diversas disciplinas aunque solo hasta 1974, porque la organización mantiene su identidad en secreto durante un periodo de 50 años.

Hitler y Mussolini en una imagen de 1937 

(Hulton Deutsch / Getty)

A gran parte de los trumpistas la comparación les resultará ominosa, pero otro líder famoso, Adolf Hitler, fue nominado al premio Nobel de la Paz en 1939, aunque la propuesta fue finalmente retirada. La candidatura fue presentada por un diputado sueco, destacado antifascista, que la promovió por motivos satíricos y que, en realidad, nunca quiso que fuera tomada en serio, aunque sí que cumplió con todos los trámites requeridos. En cambio, la nominación de Benito Mussolini (1935) sí se hizo con toda seriedad, tanto que fue presentada por partida doble.

Stalin fue candidato en dos ocasiones, 1945 y 1948. En la primera, fue propuesto junto a líderes aliados como Roosevelt (entonces ya fallecido) o Churchill, por la victoria en la guerra. Para la segunda no consta un motivo específico. En cualquier caso, los promotores no parece que tuvieran en cuenta las purgas, la hambruna de Ucrania o el gulag, entre otros hitos de su trayectoria.