El Vaticano informa de una “ligera mejoría” en la salud del papa Francisco

Informe médico

El pontífice, de 88 años, sufre una infección respiratoria desde hace más de una semana y esta tarde ha recibido la visita de la primera ministra Meloni

El papa Francisco pasa tranquilo la noche y ha desayunado tras ser diagnosticado con una neumonía bilateral

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El papa Francisco, en una de sus últimas apariciones en el Vaticano oficiando una misa, el 9 de febrero

ALBERTO PIZZOLI / AFP

“Una ligera mejoría”. El parte médico del Vaticano registra, por primera vez, un cierto optimismo sobre el estado de salud del papa Francisco. Las condiciones clínicas del Santo Padre se mantienen estables. “Los análisis de sangre, evaluados por el equipo médico, muestran una ligera mejoría, en particular en los índices inflamatorios. Después de desayunar, ha leído algunos periódicos y luego se ha dedicado a sus actividades laborales con sus colaboradores más cercanos. Antes del almuerzo, ha recibido la Eucaristía”. Posteriormente, el Papa se ha reunido con la primera ministra italiana Giorgia Meloni durante veinte minutos.  

La primera ministra italiana entró en la habitación del décimo piso del hospital Gemelli de Roma, donde el pontífice está ingresado desde el pasado viernes, para llevar los saludos de “toda la nación”. Meloni transmitió un mensaje de optimismo sobre el estado de salud de Francisco: “Estoy muy contenta de haberlo encontrado alerta y reactivo. Hemos bromeado como siempre. No ha perdido su proverbial sentido del humor”.

Después de días de gran angustia, esta, además de ser la primera visita oficial que recibe el Papa, es la primera noticia relativamente positiva que sale del hospital.

La líder del gobierno italiano y el Papa tienen una buena relación, el obispo de Roma ha contado en varias ocasiones que aprecia a la líder de Hermanos de Italia, a pesar de alguna diferencia ideológica, como la referente a la acogida de inmigrantes.

El papa Francisco ha pasado una noche tranquila, se ha despertado y ha desayunado, ha informado este miércoles el Vaticano, que ha añadido que ofrecerá más información a lo largo del día. Este martes por la tarde, la Santa Sede informó que el pontífice sufre una neumonía bilateral que requiere tratamiento farmacológico adicional al que se utiliza para la infección polimicrobiana y su cuadro clínico sigue siendo “complejo”.

Un responsable del Vaticano, que quiso mantener el anonimato, dijo este miércoles que Francisco no está conectado a un respirador artificial y que respira por sí mismo. También dijo que el Papa ha sido capaz de levantarse de la cama y sentarse en un sillón en su habitación del hospital, y continúa haciendo algunos trabajos.

Segú un comunicado emitido este martes, “la tomografía computarizada de tórax a la que se sometió el Santo Padre, prescrita por el equipo sanitario vaticano y por el equipo médico de la Fundación Policlínico “A. Gemelli”, demostró la aparición de neumonía bilateral que requiere una terapia farmacológica adicional”.

En el último parte médico, la Santa Sede destacó que “los exámenes de laboratorio, las radiografías de tórax y las condiciones clínicas” de Francisco, de 88 años e ingresado desde el pasado viernes en el Hospital Gemelli de Roma -clínica en la que se trata de forma tradicional a la cúpula del Vaticano-, “continúan presentando un cuadro complejo”.

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“La infección polimicrobiana, que se presenta en un contexto de bronquiectasias y bronquitis asmática, y que requirió el uso de terapia antibiótica con cortisona, hace más complejo el tratamiento terapéutico”, a lo que se añade “la aparición de neumonía bilateral que requiere terapia farmacológica adicional”.

Y “a pesar de todo, el papa Francisco está de buen humor”, subrayaba la Santa Sede.

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Flores y velas para el papa Francisco hospitalizado en el Gemelli de Roma

ALESSANDRO DI MEO / EFE

La patología se produce en un contexto en el que el Pontífice ha sufrido con frecuencia resfriados y bronquitis, condiciones que podrían haber favorecido la aparición de un cuadro infeccioso más complejo. “Esta mañana recibió la Eucaristía y, durante la jornada, alternó el descanso con la oración y la lectura de textos. Él agradece la cercanía que siente en este momento y pide, con el corazón agradecido, que se siga rezando por él”, concluye el comunicado emitido cuando finaliza su quinto día de hospitalización.

Unas horas antes el Vaticano confirmó que, por el momento, se anulaba la agenda del papa hasta el domingo y que en la misa con ocasión del Jubileo de los Diáconos será sustituido por el responsable del dicasterio para la Evangelización, Rino Fisichella, mientras que se desconoce si habrá alguna manera de que pueda celebrar el rezo del ángelus dominical.

Ya en el último parte del lunes se había indicado que el cuadro clínico del papa era “complejo”, lo que hacia prever una hospitalización de Francisco más prolongada de lo inicialmente previsto.

Como se ha podido saber, con el papa Francisco se encuentran sus dos secretarios, que le llevan algunos documentos y los diarios, mientras que el pontífice realiza algunas actividades laborales, aunque se le ha aconsejado absoluto reposo.

Sin embargo, lo que está pasando realmente en la habitación del décimo piso del hospital Gemelli de Roma, donde Jorge Mario Bergoglio permanece ingresado desde el pasado viernes es una incógnita. En la Santa Sede reina una discreción extrema: ni siquiera se han comunicado los nombres de los médicos que se encargan de las nuevas terapias. El Papa, habitualmente muy atento a la comunicación, no ha aparecido en imágenes ni videos.

Lo único cierto es que a pesar de su hospitalización, Francisco volvió la noche del lunes a hablar con la parroquia de la Sagrada Familia, la única iglesia católica de Gaza, explicó a los medios italianos su párroco, el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, con el que mantiene un contacto directo.

En el Vaticano se observan movimientos (algo habitual en este universo), pero no han trascendido señales de inquietud. Si la noche del lunes se pensaba que el nuevo diagnóstico no implicaba un empeoramiento del estado de salud, sino una mayor precisión sobre su estado, el comunicado de este martes inducía a una mayor cautela.

El Papa, al menos hasta el pasado miércoles, había rechazado la hospitalización, pidiendo ser tratado en la residencia de Santa Marta y continuar con su agenda habitual. Sin embargo, el aumento de la fiebre podría haberlo convencido de escuchar a los médicos, quienes llevaban días recomendándole seguir una terapia diferente de la que había estado recibiendo hasta ahora, basada básicamente en cortisona.

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