El falso complot para matar a Trump

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El Gobierno divulga que un simpapeles quiso asesinar al presidente y era mentira

Cain Oulahan, Ramon Morales Reyes' immigration attorney addresses the media Friday, May 30, 2025 in Milwaukee about the detention of his client Ramon Morales Reyes. (AP Photo/Andy Manis)

Los abogados de Ramón Morales Reyes en una rueda de prensa el 30 de mayo en Milwaukee.

Andy Manis / Ap-LaPresse

Este es un retrato de lo que es Estados Unidos en la época de la llamada posverdad.

Ramón Morales Reyes, mexicano, casado y con tres hijos, ejercía de lavaplatos hasta hace poco en un restaurante de Milwaukee (Wisconsin). Era uno más de esa inmensa mayoría de inmigrantes sin papeles que, a pesar de la propaganda trumpista, cruzó la frontera para apechugar de sol a sol y sacar adelante una familia en ocupaciones de miseria que rechazan esos blancos sin oficio ni beneficio, aunque luego se quejan agraviados de que los foráneos les roban el trabajo.

Un delincuente escribió la carta amenazante, como si fuera el inmigrante, para que lo deportaran y no declarara en su contra

Ahora está encerrado en un centro de detención de la agencia de Inmigración y Aduanas (ICE o la popular migra ) de la ciudad de Juneau, en el mismo estado de Wisconsin. Tiene todos los números para ser deportado ya, a pesar de ser la víctima de un caso en el que alguien trató de aprovecharse de su condición de indocumentado y le tendió una trampa para evitar que no se comportara como un buen ciudadano y compareciera como testigo en un juicio penal.

En su expediente, según los funcionarios, consta que intentó nueve veces entrar en EE.UU. entre 1998 y 2005, y que fue detenido por un presunto atropello con fuga.

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Morales Reyes, de 54 años, dejó de ser el lavaplatos y pasó a ser un presunto conspirador por una carta manuscrita en la que aseguraba que iba a asesinar a Trump.

Puesto que la extrema derecha alimenta la teoría del presidente de que los inmigrantes no blancos, en especial los hispanos, son criminales a los que en sus países les han abierto las puertas de las cárceles para invadir EE.UU., la narrativa sobre el supuesto magnicidio que preparaba un alien recibió mucha atención en los medios y redes del pensamiento único, mientras la Casa Blanca y los aliados de Trump potenciaron ese relato del asedio de los malignos.

El papel de megáfono lo asumió Kristi Noem, secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS). “Gracias a nuestros agentes del ICE, un extranjero ilegal que amenazó con asesinar a nuestro presidente Trump se encuentra encarcelado”, divulgó Noem el pasado 22 de mayo, al día siguiente de que uno de los funcionarios del ICE recibiera esa carta falsificada. También llegó una copia a la policía de Milwaukee y al fiscal general de Wisconsin. El departamento de Noem difundió, además, una imagen de esa nota redactada en inglés con tinta azul, en una hoja de libreta con líneas.

“Estamos cansados de que este presidente se meta con los mexicanos, hemos hecho más por este país que vosotros los blancos. Has deportado a mi familia y es hora de que Donald Trump tenga lo que se merece”, señaló en ese escrito el agresor. “Yo mismo me deportaré a México, pero antes utilizaré mi revolver para dispararle a vuestro preciado presidente en la cabeza. Lo veré en uno de sus grandes mítines”, prometió.

Pero el castillo de naipes de la amenaza pronto empezó a desmoronarse. Las sospechas del fraude se evidenciaron cuando uno de los hijos del inmigrante explicó que su padre no podía haber escrito esa carta porque no sabe leer ni escribir en español, y mucho menos en inglés.

Como parte de la investigación, los funcionarios requirieron a Morales Reyes que se sometiera a una prueba caligráfica. Concluyeron que eso que garabateó no encajaba para nada con la peligrosa carta.

La policía imputó esta semana con cuatro delitos graves a un vecino de la ciudad, Demetric Scott, como presunto autor de esa epístola. El acusado admitió que todo era un montaje para que el inmigrante fuera detenido y expulsado del país antes del juicio contra él por una agresión que cometió contra ese mismo inmigrante.

Encarcelado por robo a mano armada y agresión agravada, Scott atacó a Morales Reyes con un cúter para intentar robarle la bicicleta, en septiembre del 2023. “Si lo detenía el ICE, no habría juicio y archivarían, ese era mi plan”, dicen que confesó Scott.

Cuando en la CNN cuestionaron por este caso a Stephen Miller, arquitecto de la política migratoria de la Casa Blanca, respondió que no importaba el error cometido a partir de una mentira. Daba igual porque les había servido para pillar a “un ilegal”.

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