El presidente de la República Srpska, una de las dos regiones en las que quedó dividida Bosnia en 1995 y de mayoría serbia, ha sido condenado a un año de cárcel y seis años de inhabilitación política por la justicia de su país. La sentencia llega después de un largo proceso judicial en el que Milorad Dodik había desobedecido diversas sentencias, por acciones separatistas, desafiar la autoridad de la justicia y la policía bosnia, e incluso plantear la creación de una nueva constitución para anular décadas de reformas.
Por todos estos hechos, Bosnia había pedido una orden de detención internacional, y ahora se le condena a una sentencia firme de un año de prisión, que podrá esquivar pagando una fianza, además de apartarle de la política durante seis años.
Tras conocer la sentencia, Dodik, quien es un gran aliado de Rusia, ha declarado que no acatará la sentencia por considerarla “política” y también porque él no reconoce como legítimos ni el Tribunal que lo condenó ni al Alto Representante Internacional, algo a lo que ya se ha acogido en sentencias anteriores.
“La República Srpska debe reaccionar, ya que esto es solo un paso hacia su anulación. Si no reacciona, nuestro pueblo se enfrentará dentro de unos cinco años al éxodo de su territorio”. Ha declarado el dirigente, instando al apoyo de Serbia y Rusa ante la situación.

El presidente de la República Serbia en Bosnia, junto al líder de Rusia, Vladímir Putin
Dodik ha afirmado que seguirá ocupando la presidencia de la República Serbia en Bosnia pese al veredicto, y ha hecho un llamamiento a la policía y otros órganos de poder de la república para impedir, incluso por la fuerza, una posible organización de elecciones para un nuevo presidente.