Lula gana puntos tras plantar cara a Trump

Brasil

El presidente brasileño sube en popularidad con una respuesta desafiante a las sanciones estadounidenses

Movimientos sociales queman un cartel con la imagen del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante una manifestación en defensa del Gobierno de Lula da Silva en Sao Paulo este mes (Brasil).

Movimientos sociales queman un cartel con la imagen del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante una manifestación en defensa del Gobierno de Lula da Silva en Sao Paulo este mes (Brasil).

Sebastiao Moreira / EFE

Hace seis meses en América Latina la táctica de ceder con dignidad ante las amenazas de Donald Trump fue la clave de la elevada popularidad de la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum

Ahora, la respuesta más agresiva de Luiz Inácio Lula da Silva, parece haber dado buenos resultados en el pulso que el presidente brasileño mantiene con sus dos principales rivales conservadores: el expresidente Jair Bolsonaro y su más pragmático aliado, el gobernador de São Paulo Tarcísio de Freitas.

Tras meses en los que había caído en las encuestas, Lula ha recuperado seis puntos de popularidad desde que Trump anunciara un conjunto de duras sanciones económicas y legales contra Brasil. La clave del éxito: una reacción desafiante a las presiones estadounidenses. “Trump no fue elegido como un emperador”, declaró Lula mientras que el Partido de los Trabajdores (PT) circulaba una imagen del veterano lider de la izquierda delante de la bandera brasileña y con camiseta amarilla que reza: Eu defendo Brasil.

Las sanciones estadounidenses a brasil incluyen un arancel del 50% sobre importaciones brasileñas que convierte al gigante suramericano en el país más castigado del mundo por las medidas proteccionistas estadounidenses. Esto pese a que el comercio entre los dos países es bastante reducido y Brasil mantiene un déficit comercial con EE. UU. Aunque Trump ha anunciado una serie de exenciones para mas de 700 productos, fuentes consultadas en Brasilia calificaron la medida estadounidense como “la primera batalla en una guerra larga”.

El arancel contra Brasil es el mas elevado del mundo aunque hay 700 exenciones

En segundo lugar, Trump ha dado instrucciones para retirar los visados de los once jueces del Tribunal Supremo Federal (STF), y congelar los activos del super juez Alexandre de Moraes, una extraordinaria injerencia en el sistema jurídico de un país soberano.

Todo esto es la respuesta del presidente estadounidense a las peticiones de la familia Bolsonaro, concretamente, el hijo Eduardo, afincado en EE.UU., que acusa a de Moraes, de realizar una persecución judicial contra su padre.

De Moraes, némesis del bolsonarismo pese a ser de ideología conservadora, ha acusado a Bolsonaro de participar en un intento de golpe contra Lula tras la victoria de éste en las elecciones de octubre de 2022. Bolsonaro será juzgado con toda probabilidad antes del fin de este año y debe llevar un grillete electrónico para impedir cualquier intento de salir del país.

Animado por los amigos de Eduardo Bolsonaro en el movimiento MAGA -notablemente, Steve Bannon- Trump anunció el respaldo estadounidense en una carta que exige “el fin inmediato” al juicio del ex presidente. Bannon —que califica a Bolsonaro como “el Trump de los trópicos”— dijo la semana pasada al Financial Times: “Detestamos a Lula y a los marxistas que mandan en Brasil”.

Las medidas contra Brasil se realizan dentro el marco de la ley estadounidense conocida como Magnitsky Law. Ésta, en teoría, castiga a los violadores de derechos humanos. El decreto presidencial que Trump firmó la semana pasada cita “graves violaciones de los derechos humanos que han socavado el estado de derecho en Brasil.”

Éstas supuestas violaciones incluyen la “persecución, intimidación y juzgamiento” de Bolsonaro, así como de los participantes en el asalto a las sedes de los tres poderes democráticos en Brasilia en enero de 2023.

Parte de un plan de golpe más amplio en el que se pretendía asesinar a Lula y de Moraes, el ataque bolsonarista fue una copia calcada del intento trumpista de tomar el Capitolio en enero del 2021

No es casualidad que el órdago de Trump se produce tras la cumbre de los BRICS en Río a principios de julio. “La carta de Trump se centra en el juicio a Bolsonaro pero es el resultado de un enfrentamiento inevitable entre Trump y Lula”, dijo Henry Zieman del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS), un instituto conservador en Washington en una entrevista a La Vanguardia.

Brasil es la “tormenta perfecta” para Trump, añade. “Combina altas barreras comerciales para las empresas estadounidenses, una influencia china significativa y desacuerdos ideológicos a nivel de liderazgo regional.”

Hay otros intereses en juego también. De Moraes cerró la red social de Elon Musk, X, durante varias semanas por difundir desinformación de la derecha bolsonarista, y ha actuado contra otras redes estadounidenses.

En el ámbito político brasileño, el tiro e Trump ha salido por la culata. La izquierda brasileña se presenta ya como defensora de la soberanía nacional frente a la traición bolsonarista. ”Hate Brasil; love Bolsonaro”, se ironizaba en una caricatura de Trump en una protesta contra las sanciones en Sao Paulo el mes pasado. “¡Un gringo no le da órdenes a Brasil!”, declaró Lula.

Un diputado del PT incluso ha propuesto una ley para castigar por “alta traición a la patria” a quienes -como Eduardo Bolsonaro- faciliten la ejecución de las sanciones de Trump.

Según la encuesta Pulso Brasil/Ipespe publicada el pasado martes, la aprobación a Lula ha subido seis puntos al 50 %, mientras que la de los Bolsonaro cae en picado. Para el 53 % de los encuestados, aproximarse a Trump perjudicará a los candidatos a la presidencia en las elecciones de 2026. 

Se desprende de otra encuesta de Datafolha publicada ayer domingo que Lula ya ganaría de celebrarse ahora elecciones presidenciales tanto contra Bolsonaro como de Freitas. Hace menos de dos meses Bolsonaro -que esta inhabilitado debido a la acusación por su presunto papel en el intento de golpe- llevaba ventaja.

“La familia Bolsonaro y varios gobernadores bolsonaristas defendieron la medida de Trump”, dijo un economista de un banco público en Rio de Janeiro. “Pero el caso puede ser desastroso para la extrema derecha”. Es un ejemplo de cómo la izquierda latinoamericana puede verse beneficiada de la paradoja de que la derecha nacionalista en la región defiende la patria en su retórica a la vez que apoya ciegamente a Trump.

Las sanciones de Trump a Brasil: un “desastre para la extrema derecha”

Las exenciones para más de 700 exportaciones brasileñas, desde zumo de naranja hasta los aviones de la marca Embraer reducen el montante medio de los aranceles al 30%. Pero productos como café y carne no se incluyeron.

En todo caso, puesto que solo el 11% de las exportaciones brasileñas se destina a EE.UU., frente al 30% a China, el impacto sobre la economía será mínimo, el 0,25% del PIB, según el banco estadounidense Goldman Sachs.

Está por ver si Lula puede mantener el impulso a su popularidad. De Freitas, su probable rival en las elecciones, acusa al presidente de carecer de interlocutores en Washington. “Trump dio marcha atrás en parte, pero Brasil no deja de ser el país más afectado por los aranceles”, dijo el economista del banco público. “Además, en algún momento, Bolsonaro será detenido. ¿Entonces Trump volverá a la carga?”

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