Miles de panfletos fueron lanzados ayer desde los aviones del ejército israelí a los habitantes de Gaza. En ellos, un mapa de la franja indicaba a los residentes de la capital que dejen sus casas cuanto antes. “A todos los residentes de la ciudad de Gaza y a quienes se encuentran en sus barrios, desde la Ciudad Vieja y Tafah al este hasta el mar al oeste”, escribió en su cuenta de X en árabe el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Avichay Adraee.
La evacuación tuvo lugar en medio de la ofensiva militar para tomar la capital del enclave palestino que Israel lleva a cabo desde agosto. Se calcula que cerca de un millón de personas se refugian en la ciudad de Gaza, en tiendas de campaña entre los edificios bombardeados.
“Por su seguridad, evacuen inmediatamente a través de la carretera de Al Rashid hacia la zona humanitaria de Al Mauasi”, añadió, en referencia al área designada cerca de Jan Yunis, en el sur de la franja, ya anunciada el sábado pasado pese a encontrarse ahora mismo saturada de desplazados.
Adraee subrayó que el ejército israelí “está decidido a eliminar a Hamas” y que “operará en la ciudad de Gaza con gran fuerza, como lo ha hecho en otras partes del enclave”.
El Ministerio de Sanidad gazatí hizo un “llamamiento urgente” a la comunidad internacional para que garantice la “protección inmediata” de los hospitales y equipos médicos en la capital.
“El ministerio pide la protección inmediata de los hospitales y equipos médicos y la apertura de rutas seguras para acceder a ellos en la gobernación de Gaza (donde se encuentra la capital del enclave palestino), advirtiendo de una catástrofe humanitaria que amenaza la vida de miles de pacientes y heridos”, señalaron las autoridades sanitarias, controladas por el grupo islamista Hamas, en un comunicado.
El ejército hebreo controla el 75% de la franja, pero busca la eliminación de dos núcleos de la milicia
La toma de la ciudad, que está habitada por un millón de palestinos, complica los esfuerzos de alto el fuego para poner fin a la guerra de casi dos años, mientras el primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, sigue adelante con su plan de tomar los dos bastiones que le quedan a Hamas.
Netanyahu afirmó que Israel no tenía otra opción que completar el trabajo y derrotar a la organización islamista, dado que el grupo miliciano palestino se había negado a deponer las armas. Hamas dijo que no se desarmará a menos que se establezca un Estado palestino independiente.
Los analistas internacionales afirman que el plan israelí, que incluye la desmilitarización de toda la franja cuando Israel asuma el control de seguridad de la misma, podría agravar la situación humanitaria de los 2,2 millones de habitantes, que se enfrentan a un riesgo crítico de hambruna.
Los esfuerzos de mediación de Estados Unidos, Qatar y Egipto no han logrado salvar la distancia entre Israel y Hamas para garantizar un alto el fuego y la liberación de los rehenes que Hamas mantiene en Gaza.
Israel ya había tomado el control del 75% de Gaza desde que comenzó la guerra con el asalto transfronterizo de Hamas el 7 de octubre del 2023, en el que murieron unas 1.200 personas y 251 fueron tomadas como rehenes en Gaza, según los recuentos israelíes. Las autoridades hebreas afirman que 20 de los 48 rehenes restantes en Gaza están todavía vivos.
La posterior ofensiva militar israelí ha matado a más de 62.000 palestinos, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, ha desplazado internamente a casi toda la población y ha dejado gran parte del territorio en ruinas. Los ministros de la ultraderecha religiosa han manifestado su voluntad de que los gazatíes abandonen este territorio en dirección a Egipto.