El canciller de Alemania, Friedrich Merz, advirtió sobre los riesgos de pérdida de libertad, prosperidad y cohesión social en su país en un discurso el miércoles en el Bundestag (cámara baja del Parlamento) en el que prometió “un otoño de reformas” para poder conjurarlos.
Era el inicio del debate sobre los presupuestos del 2025, y el líder democristiano indicó las prioridades de su Gobierno de coalición de conservadores y socialdemócratas vinculando las reformas a la economía castigada por el creciente proteccionismo comercial, a la amenaza rusa a Europa en el contexto de la guerra en Ucrania, y al peligro de las fuerzas antidemocráticas nacionales (léase el partido ultraderechista AfD) e internacionales (trumpismo y autocracias).
Merz habló de un “modelo económico bajo presión”, ya que la crisis industrial sigue sin dar señales de remitir en la mayor economía de Europa, que además afronta ahora los aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En este contexto, “el otoño de reformas ya ha comenzado, y esto afecta a nuestro Estado social”, avisó el canciller, que hizo equilibrios en promesas sobre un modelo “más justo” y a la vez menos costoso, mientras la oposición de izquierdas le acusaba de querer desmantelar el Estado de bienestar.

El hemiciclo del Bundestag durante el discurso de Friedrich Merz, el 17 de septiembre
“Las decisiones que tenemos por delante no se centran en detalles, sino en cuestiones fundamentales –afirmó el jefe del Gobierno–. También necesitamos reestructurar nuestro sistema de pensiones; el contrato intergeneracional debe replantearse”.
La reforma de las pensiones de jubilación se justifica, según arguyó, en que los jóvenes no deben verse sometidos a cargas adicionales, pero al tiempo “las generaciones mayores deben poder seguir disfrutando de su merecida jubilación con seguridad económica gracias al trabajo realizado”. Sin embargo, no mencionó ninguna medida. Se limitó a citar normas ya existentes, como la pensión activa, cuyo objetivo es hacer más atractiva la prolongación voluntaria del trabajo.
Para impulsar el crecimiento, recordó Merz, el proyecto de ley de presupuestos para el 2025 avala el incremento multimillonario de inversión pública para elevar el gasto militar y renovar infraestructuras caducas –un incremento aprobado por el Bundestag ya antes de la investidura de Merz como canciller el pasado mayo-, e incluye exenciones fiscales para las empresas adoptadas durante el verano.
La inversión en defensa es clave, defendió. “Nuestra libertad está amenazada”, dijo Merz a los diputados. “Putin lleva mucho tiempo poniendo a prueba las fronteras, saboteando, espiando; Rusia quiere desestabilizar nuestra sociedades”. El canciller afirmó que las incursiones de drones rusos en el espacio aéreo de Polonia –los drones fueron derribados– y de Rumanía forman parte de un plan para testar los límites de Occidente.
Finalmente, advirtió el canciller, “nuestra cohesión está siendo abiertamente cuestionada por fuerzas políticas nacionales y extranjeras”, que “menosprecian nuestra democracia, siembran discordia y buscan dividir a nuestra sociedad”. En la bancada ultra le escuchaba la líder de Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel, quien contraatacó en su turno de palabra. “El otoño de las reformas será un otoño de palabras vacías –dijo Weidel–, lo que conducirá a un invierno de gasto aún mayor”.