Jimmy Kimmel volvió de la mordaza y fue el Jimmy Kimmel de siempre en su show nocturno de la ABC, corrosivo con las cosas de Donald Trump (memorable el gag del doctor Trump pidiendo que no se tome Tylenol) y haciendo una parodia mafiosa de Brendan Carr, el presidente de la Comisión Federal de Comunicación (FCC) o el censor del gobierno, interpretado por Robert DeNiro, exponiendo que salen gratis las palabras si se habla bien del presidente.
Tras los agradecimientos, entre los que incluyó conservadores que se han pronunciado a su favor de que no se le calle en nombre de la libertad de expresión. “Quiero agradecer a los que no les gusta mi show ni quien soy yo, pero que apoyan mi derecho de compartir mis pensamientos”, afirmó. “Son algunos de los que han dicho que al gobierno no se le pude permitir el control de lo que hacemos o decimos en televisión y que nos tenemos oponer”, indicó.
“Una cosa que aprendí es que si el gobierno amenaza con silenciar a un comediante que al presidente no le gusta, esto es antiamericano”, sentenció. “Si no tenemos libertad de expresión, no tenemos país”, remató. Imponer el silencio “no es legal y es peligroso”, perseveró. El presidente Donald Trump reaccionó despreciando el trabajo de Kimmel y amenazó a la ABC con demandas.
“Como decía antes de que me interrumpieran”, se arrancó al inicio de su monólogo de apertura, en que agradeció a la cadena y a su propietario, Disney, que hayan aceptado su vuelta, aunque confesó que nunca estuvo de acuerdo con la cancelación.
Decían que no habría disculpa, pero si reinició su programa con emoción al recordar que, el día que un pistolero mató al activista trumpista Charlie Kirk, puso un mensaje en Instagram de amor para su familia y pidió compasión.
“Nunca fue mi intención restarle importancia al asesinato de un hombre joven”, dijo Kimmel en su regreso
“Nunca fue mi intención restarle importancia al asesinato de un hombre joven”, confeso. “No quise culpar a ningún grupo específico por las acciones un individuo profundamente perturbado, era precisamente lo opuesto lo que intentaba”, añadió.
Kimmel, en el show del lunes de la semana pasada, que es el que motivo su suspensión indefinidad dos días después, ironizó en que Tyler Robinson era uno más de los MAGA.
“Pero entiendo que para algunos eso fue inoportuno o poco claro o quizás ambas cosas, y para aquellos que piensan que señalé con el dedo, entiendo que están molestos. Si la situación fuera a la inversa hay muchas posibilidades de que yo sintiera lo mismo”, aceptó.
“No creo que el asesino de Charlie Kirk represente a nadie. Es una persona enferma que creía en la violencia como solución”, sostuvo. También expresó admiración por Erika, la viuda, que en el funeral del pasado domingo dijo que perdonaba al asesino de su marido.
Pero el grueso de ese monólogo, que no se pudo ver en una cuarta parte del país porque dos empresas como Nexstar y Sinclar que poseen algo más de un 20% de licencias no lo programaron, estuvo centrado en la defensa de la libertad de expresión.
Trump amenazó con retirar licencias de emisión a aquellos canales que no hablen bien de él tras estallar el caso Kimmel
“Este show no es importante, lo que es importante es que vivimos en un país en el que se permite hacer un show como éste”, recalcó. No es lo mismo que lo que le cuentan colegas de Rusia o de países de Oriente Medio, donde los comediantes acaban en prisión por hacer humor sobre los que están en el poder.
“Nuestra libertad de expresión es lo que más admiran de nuestro país, pero me avergüenzo por haberlo dado por seguro hasta que presionaron a mi amigo Stephen [Colbert, cuyo programa en la CBS tiene fecha de caducidad a final de temporada] y han presionado a filiales de la ABC para que saquen mi show”, señaló. Trump amenazó con retirar licencias de emisión a aquellos canales que no hablen bien de él tras estallar el caso Kimmel. Otros humoristas están en el punto de mira de la Casa Blanca.
Son casi 23 años en su programa nocturno, más de 400 emisiones en las que la empresa propietaria entendió que este tipo de emisiones necesitan que las fronteras se fuercen. “He defendido mi derecho cada noche de hacer humor de nuestros líderes”, remarcó.
Esto pone a la compañía, y más después de su regreso, en una situación de riesgo porque “el presidente de Estados Unidos quiere que me echen y a centenares de personas que trabajan aquí”, denunció. “Nuestros líderes celebran que ciudadanos estadounidenses pierdan su sustento porque no pueden aceptar una broma”, lamentó.
Solo tuvo una cosa que agradecer al gobierno Trump, que gracias a su gestión su audiencia creció en millones. Gente que tal vez nunca se habrían interesado en su trabajo, conectaron para seguir su regreso.

La reacción del presidente
Trump critica el retorno de Kimmel y amenaza a la cadena ABC con una investigación
El presidente estadounidense Donald Trump arremetió el martes por la noche contra el regreso del humorista Jimmy Kimmel a la televisión, tras haber sido suspendido por una polémica relacionada con el asesinato del influencer conservador Charlie Kirk, y mencionó una posible acción contra la cadena ABC. En una publicación en la red Truth Social, el mandatario estadounidense acusó a la cadena ABC de “difundir en un 99% tonterías positivas para los demócratas”, y el republicano de 79 años acusó a Jimmy Kimmel de ser “otro brazo del DNC”, el Comité Nacional Demócrata. “Creo que vamos a poner a prueba a ABC con esto. Veamos cómo lo haremos. La última vez que los demandé, me dieron 16 millones de dólares”, escribió Donald Trump. (AFP)



