La herencia de los juicios de Nuremberg

80.º aniversario 

Los procesos a los jerarcas de la Alemania nazi, de cuyo inicio se cumplen 80 años este 20 de noviembre, abrieron la vía al Derecho Penal Internacional, que ha tenido éxitos y reveses

Defendants at Nuremberg Trials
(Original Caption) Nuremberg, Germany: Top Nazi leaders on trial in the Nuremberg Palace of Justice are interested as prosecutors begin introducing documents on the third day of the trial. Goering is interested enough to take notes. Pictured (L to R) are Hermann Goering, Rudolf Hess, Joachim von Ribbentrop, Generel Wilhelm Keitel (in front row); and Admirals Karl Doenitz and Erich Raeder, Baldur von Schirach, and Fritz Sauckel (in back row).

Los nazis acusados, sentados en sendas filas de banquillos en la sala 600 del palacio de Justicia de Nuremberg; entre ellos, Hermann Göring tomando notas. Delante, sus abogados defensores

Berttmann / Getty

En la sala de audiencias número 600 del Palacio de Justicia de Nuremberg, donde hace ahora 80 años se celebró el proceso penal militar a los jerarcas del régimen nazi alemán, una instalación multimedia envuelve al visitante permitiendo visualizar en blanco y negro, en el mismo lugar de los hechos, a los protagonistas de aquel juicio histórico que sentó las bases del Derecho Penal Internacional.

El juicio empezó el 20 de noviembre de 1945 y concluyó casi un año después, el 1 de octubre de 1946, cuando el tribunal internacional instaurado por las cuatro potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial (Estados Unidos, Unión Soviética, Reino Unido y Francia) emitió su veredicto.

En los últimos días de la guerra, Adolf Hitler, Joseph Goebbels y Heinrich Himmler se habían suicidado, pero los aliados lograron capturar a otros jerarcas. Fueron acusados 24 hombres (uno de ellos se suicidó antes; otro no estuvo presente por motivos de salud; y un tercero, prófugo o muerto, fue juzgado in absentia), de modo que en el banquillo se sentaron 21 acusados.

Entre ellos figuraban Hermann Göring –considerado el número dos del régimen–, Rudolf Hess, Joachim von Ribbentrop, Wilhelm Keitel y Julius Streicher, entre otros. También fueron procesadas seis “organizaciones criminales”: el Gobierno del Reich, la cúpula del partido nazi, las SS, las SA, el estado mayor y el alto mando de la Wehrmacht, y la Gestapo.

La idea tras Nuremberg no es un concepto fijo, sino que está en continuo proceso de negociación; seguimos analizando cómo se desarrolla esta idea de responder a los crímenes con justicia, no con venganza”

Historikerin Nina Lutz ist die neue Leiterin des Memoriums Nürnberger Prozesse.
Nina LutzHistoriadora, directora del centro documental Memorium de los procesos de Nuremberg

Se les acusó de crímenes contra la paz (por lanzar una guerra de agresión); de crímenes de guerra (por violación de las convenciones de Ginebra y La Haya); y de crímenes contra la humanidad (persecución, esclavización y asesinato de civiles por motivos políticos, religiosos y racistas). Por primera vez en la historia, se llamó a rendir cuentas ante la justicia internacional a líderes y se rechazó su argumento de que se limitaban a obedecer órdenes de más arriba.

“La idea tras Nuremberg no es un concepto fijo, sino que está en continuo proceso de negociación; seguimos analizando cómo se desarrolla esta idea de responder a los crímenes con justicia, no con venganza. ¿Cómo evoluciona desde Nuremberg, donde casi se respiraba una utopía, donde se creía haber encontrado la solución para todos los conflictos futuros?”, plantea la historiadora Nina Lutz, directora del Memorium de los procesos de Nuremberg, centro expositivo inaugurado en el 2010 en el Palacio de Justicia.

 “Pensaban haber hallado la respuesta, pero la realidad política tomó rumbos distintos a lo largo de los años; sin embargo, la idea de responder a los crímenes con justicia ha perdurado hasta nuestros días”, defiende Lutz en un encuentro con corresponsales extranjeros. El Memorium recibe en torno a 160.000 visitantes al año.

20 February 2020, Bavaria, Nuremberg: Interior view of courtroom 600 at the District Court Nuremberg-Fürth before the beginning of the sentencing. The Nuremberg war crimes trials and numerous movies made him world famous. No courtroom in the world has been filmed or photographed as often as Hall 600 in the Nuremberg Palace of Justice. On 20 February, the final judgment was delivered there. Photo: Daniel Karmann/dpa (Photo by Daniel Karmann/picture alliance via Getty Images)

La sala de audiencias 600 del palacio de Justicia de Nuremberg siguió albergando juicios durante decenios; dejó de hacerlo hace cinco años. La foto es del último, que fue el 20 de febrero del 2020 

 Daniel Karmann / dpa/picture alliance via Getty I

Las potencias escogieron como sede Nuremberg –que estaba en la zona de ocupación estadounidense– porque, aunque esta ciudad de la región bávara de Franconia había sido casi arrasada por los bombardeos aliados, el palacio de Justicia, construido en 1916, había quedado casi incólume, y detrás del palacio estaba la prisión, donde podían ser alojados los acusados. El componente simbólico de que Nuremberg hubiera sido la capital de los congresos nazis no influyó en la decisión.

En 1961, las autoridades estadounidenses devolvieron el edificio a la justicia bávara, que emprendió obras de rehabilitación en la sala 600 y, entre otros arreglos, le añadió el gran crucifijo de bronce en la pared. En la Alemania de la posguerra, el mobiliario y utillaje del famoso proceso a la cúpula del régimen hitleriano acabó siendo desechado. Se salvaron por casualidad los pocos objetos que se exponen en el Memorium: dos banquillos de madera donde se sentaron los acusados, un armario de conmutación eléctrica, y un baúl estadounidense de transporte de documentos.

En ocasiones no se ha alcanzado el éxito deseado; se han producido reveses en diversos conflictos (...) Pero es también una señal: cuando se ataca a la Corte Penal Internacional, significa que no se la puede ignorar, que tiene el poder de incomodar”

Gurgen Petrossian, jurista, especialista en Derecho Penal Internacional en la Academia Internacional de los Principios de Nuremberg (IANP)
Gurgen Petrossianjurista, Academia Internacional de los Principios de Nuremberg (IANP)

Las sentencias dictadas el 1 de octubre de 1946 fueron: doce condenas a muerte en la horca (una de ellas in absentia, la de Martin Bormann, asistente de Hitler); siete penas de cárcel (tres de ellas de cadena perpetua, para Rudolf Hess, Erich Räder y Walther Funk); y tres absoluciones (Franz von Papen, Hjalmar Schacht y Hans Fritzsche). Las penas de muerte fueron ejecutadas el 16 de octubre, los cadáveres fueron cremados, y las cenizas arrojadas a un afluente del río Isar. Hermann Göring eludió el cadalso suicidándose en su celda la noche anterior con una cápsula de cianuro, sin que se sepa aún cómo logró procurársela.

“Hablamos de crímenes contra la paz, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra; sin embargo, un crimen grave es el genocidio, que se codificó como tal después de la guerra y de los procesos, en aquel momento era desconocido y por eso en Nuremberg no se aplicó a los crímenes del Holocausto contra los judíos”, explica el jurista Gurgen Petrossian, experto de la Academia Internacional de los Principios de Nuremberg (IANP), con sede en la ciudad. 

En 1948, la ONU aprobó la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, pero “el jurista polaco Raphael Lemkin, que había acuñado el término de genocidio, luchó hasta el final de su vida para que se incorporara a las legislaciones nacionales”, prosigue Petrossian.

En la estela de Nuremberg  

Ha habido tribunales penales internacionales ad hoc para los crímenes en la antigua Yugoslavia (1993) y en Ruanda (1994), y en el 2002 se creó la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya

En 1950, la ONU fijó los llamados Principios de Nuremberg , que se consideran la base histórica del Derecho Penal Internacional. Más adelante, el Consejo de Seguridad de la ONU creó por primera vez tribunales penales internacionales ad hoc para los crímenes en la antigua Yugoslavia (1993) y en Ruanda (1994). 

En el 2002 arrancó la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya, para juzgar a personas acusadas de crímenes de genocidio, guerra, agresión y lesa humanidad, si bien países como China, India, Rusia, Israel y Estados Unidos no reconocen su jurisdicción. “En ocasiones no se ha alcanzado el éxito deseado; se han producido reveses en diversos conflictos, pero la idea de Nuremberg, que tuvo su origen en este edificio histórico, nos acompaña”, insiste Petrossian.

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The hall of surrender where the unconditional surrender of Nazi Germany was signed by the supreme commanders of the Wehrmacht before representatives of the Soviet Union, the United States, Great Britain and France on May 8, 1945, is pictured at the Museum Berlin- Karlshorst on April 17, 2025. As Germany marks 80 years since the end of World War II, one historic Berlin site is grappling with how to commemorate the Soviet role in defeating Nazism against the backdrop of Russia's invasion of Ukraine. In Karlshorst, a leafy area of former East Berlin, stands the imposing building where on the night of May 8, 1945, the Nazis formally capitulated to the victorious Allies, including the Red Army.

La CPI ha emitido una orden de arresto contra el presidente ruso, Vladímir Putin, en marzo del 2023, y otra orden de arresto contra el primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, en noviembre del 2024, por presuntos delitos durante las guerras en Ucrania y Gaza, respectivamente. “Que la Corte Penal Internacional de La Haya esté siendo atacada tan duramente estos días se debe a que sus capacidades no son óptimas –dice el jurista–. Pero es también una señal: cuando se ataca a la Corte Penal Internacional, significa que no se la puede ignorar, que tiene el poder de incomodar”.

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