Jonathan Kennedy,historiador; publica ‘Patogénesis. Una historia del mundo en ocho plagas’:

“Cuanto más sabemos de la vida, más revela nuestra irrelevancia”

Tengo 43 años: envejecer no es deseable y la alternativa, menos. Vivo en la Inglaterra afortunada: a media hora de bici la esperanza de vida desciende 20 años. Casi casado: la pandemia truncó nuestra boda; dos hijos. Frenar el desarrollo no es alternativa: lo natural sería morir con 20 años y yo creo en el progreso. (Foto: JonatHan Cole)

¿Nuestra historia es la de nuestros virus?

Tendemos a pensar en la historia de la humanidad como en la de sus grandes hombres y olvidamos que han sido igual o más relevantes sus grandes virus...

¿Unos han condicionado a otros?

Los virus son la humanidad: literalmente. Para empezar, al menos el 8% de nuestro ADN proviene de infecciones víricas.

Cell publicó en 2019 que la inteligencia humana fue fruto de una infección viral.

Y también obviamos que los virus y las pandemias –y ya estamos olvidando la última– vertebraron la historia de las grandes realizaciones humanas.

Jared Diamond lo explicó aquí en La Contra y en Armas, gérmenes y acero.

Mi libro le rinde homenaje. Y parto del hecho de que la agricultura y la ganadería, con la zoonosis, nos hicieron con sus virus lo que somos. La gripe, la polio, la viruela... Nuestras grandes plagas se originaron así, ergo, nuestras religiones...

No sé si veo la relación.

El cristianismo era una secta judía irrelevante en Roma hasta que las grandes epidemias pusieron en evidencia que el sistema cristiano de cuidado del enfermo –los paganos los repudiaban por temor al contagio– era no solo el más caritativo, sino también el más efectivo.

Los conquistadores ibéricos no lo hubieran sido en América sin sus virus.

O la derrota de Napoleón ante los esclavos sublevados de Haití gracias a que la malaria liquida la expedición francesa y facilita el ascenso de EE.UU. Pero es que toda nuestra historia es inexplicable sin virus y tendemos a olvidarlo al proyectar el presente en el pasado.

¿No hay virus sin guerra ni guerra sin virus y quien los gestiona gana?

Cuando se propagaba la covid en todo el mundo se consideraba una teoría conspiranoide que el virus hubiera salido de un laboratorio biomilitar chino.

Parecía un invento de la CIA.

Pues hoy la mayoría de la comunidad científica lo considera la hipótesis probable. Y es que la geopolítica y la epidemiología se continúan entrecruzando y explicando la historia hace siglos. La tuberculosis que asoló Europa y España en el XIX fue importada de la India por el imperio británico.

Y la mal llamada gripe española explica el desarrollo de la I Guerra Mundial.

Una y otra vez los virus son nuestra historia y parte de la paradoja de Freud.

¿...?

Cuanto más sabemos de la vida los humanos, más nos percatamos de nuestra limitada relevancia en el mundo y de nuestra dependencia de fuerzas que no controlamos y podemos desencadenar. Ahora mismo desde el cambio climático al agotamiento de los recursos naturales.

¿No dominaremos el mundo?

Hubo historiadores que quisieron interpretar la historia como la de los millones de trabajadores que la hicieron posible y no solo la de grandes hombres, pero me temo que si la juzgas sin prejuicios ideológicos ves, sobre todo, virus y pandemias.

¿No hay feudalismo sin peste negra?

No hay grandes cambios en la historia de la humanidad sin los virus y pandemias que los causan. Sin malaria no hubiera habido esclavismo de los africanos, que sí la resistían para explotarlos en América.

¿Los esclavos antes eran europeos?

Lo fueron de todo el mundo hasta que los países occidentales colonizaron áreas con enfermedades tropicales endémicas y necesitaron africanos. Pero es que los virus determinaron nuestro destino siempre.

¿No es esa la historia de la evolución?

Los neandertales, sabemos hoy, no fueron estúpidos ni menos evolucionados que los sápiens, aunque al ser descubiertos Heckel les llamara homo stupid.

¿Por qué se extinguieron o acaso retenemos algo de ellos en nuestro ADN?

Por un terrible cambio climático y por un cambio vírico asociado que generó nuevas pandemias que no pudieron superar.

¿Superaremos el desafío vírico con progreso tecnológico?

Soy pesimista cuando veo que las enfermedades que nos diezmaban en Europa hoy siguen diezmándonos en África. A cuatro horas de vuelo de Londres tengo poblaciones con 30 años menos de esperanza de vida.

Solo hay que coger el avión y verlo.

O la bicicleta: a media hora de bici de mi barrio rico en Londres tengo poblaciones con 20 años menos de esperanza de vida. Y estoy convencido de que las bacterias que nos precedieron en la evolución también nos sobrevivirán.

¿Sin nosotros?

No estoy seguro...

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