Campeón de rally 2025
El palmarés de Pedró: ha ganado el campeonato de España de rallyes 2025, este verano, como ya ganó el campeonato de motocross de Catalunya 2019, y antes un montón de otros campeonatos de motociclismo. Ahora su ilusión es culminar la carrera en la categoría Origen del rally Dakar, en Arabia Saudita, el próximo enero. Le brillan los ojos verdes ante el desafío, como cuando sus padres le regalaron una moto Honda CR 8 por sus buenas notas, de chaval. Entrena y contempla una dieta estricta, y compagina dos tiendas de charcutería (La Garriga: una en Madrid, otra en Barcelona) tras liquidar un negocio mayor que le devoraba: “Vivía como si tuviese 50 años, y frené”, comenta con humor, pues ha entendido que la vida no es tomárselo todo a pecho... Salvo una cosa: el rally Dakar.
Preparando el Dakar?
Sí, salgo tres o cuatro veces por semana, desde octubre.
¿Dónde?
Fuera de la ley, Catalunya tiene mal regulado los caminos para motos.
¿Cuándo correrá el Dakar?
Del 3 al 17 de enero.
¿Es peligroso?
Ha habido bastantes muertos. Antes más, por amateur. Hoy es más profesional.
El Dakar ¿es más de motos o de coches?
Sin las motos, el Dakar no tendría alma.
Aclarado.
El Dakar es el calor y el frío sobre la moto, el cielo arriba y el polvo alrededor del motorista... Y algunos coches, de acuerdo.
Con verdaderas fortunas sobre ruedas.
Corre Nasser Al-Attiyah... Su motorhome es palacial. Todos los recursos imaginables... Ha ganado cinco veces.
Ante esto... ¿usted cómo se siente?
He tomado una decisión más valiente.
¿Qué decisión?
Correr en la llamada categoría Original.
¿En qué consiste la categoría Original?
Resucita la esencia pionera del Dakar. Dormiré en tienda de campaña. Correré sin asistencia, sin GPS. Cubriré quince etapas de unos 600 kilómetros: catorce horas cada día sobre mi moto.
Suena a epopeya.
Es volver al origen, al año 1979, ¡a la aventura! Si el Dakar no es épica, no es nada.
¿Qué será decisivo para llegar al final?
No tener accidentes. O sea, apretar pero no al 100%. Con una mecánica de motor elemental, que pueda yo reparar por mis medios. Y endurecer bien la mente.
¿Y cómo lo lleva?
Bien. Embarco el próximo domingo.
¿Embarca?
Un barco transporta la moto y el material hasta Arabia Saudita, país donde se corre el Dakar desde el 2020. Yo seré el único catalán en la categoría Origen.
¿Ya sabe por dónde discurrirá su ruta?
Acaban de comunicármelo, y la previsión meteorológica, para prepararme y proveerme de ropa, alimentos... Antes de cerrar maletas este domingo.
¿Cuál es su punto fuerte con la moto?
Nervios fuertes. No me altero. Psicólogos me fortalecieron psicológicamente.
¿Tan importante es eso?
Sí, de eso depende la mitad de los logros como motorista, y eso en un rally como el Dakar ¡marca toda la diferencia!
¿Y la otra mitad?
La otra mitad pasa por la preparación física, por la preparación mecánica, la navegación, la búsqueda de patrocinadores...
¿Quién le ha ayudado más?
El Proyecto All 1, de Carlos Llibre, desde el 2022, que ayudó a jóvenes a prepararse: me llevó al Dakar 2024.
Eso le costaría un dinero...
Unos 150.000 euros en dos años, que hay que buscarlos uno a uno...
¿Qué prevé que será lo más duro?
Los finales de etapa a oscuras, aguantándome las ganas de orinar o defecar...
Pare, hombre, pare y haga.
No. Si te paras, pierdes. Y yo soy muy competitivo.
¿Y qué será lo mejor?
Arrancar la moto viendo salir el sol en el desierto.
¿Qué dicen sus padres de esta pasión suya por la moto y el Dakar?
Soy el cuarto hermano, el pequeño, llegué por sorpresa. Y espabilé velozmente.
Desde luego: ¿a qué edad empezó con la moto?
A los cinco añitos, en 1992. Una Merlin 50 de trial. Pronto supe que eso era lo mío.
¿Alentado por su padre?
Mi padre había corrido ese mismo año 1992 el Dakar, entre Ruan y Ciudad del Cabo.
¡Acabáramos!
En casa, ¡el Dakar es una religión! No nos perdemos ni un minuto de cada edición, por todos los canales posibles.
Y usted, entretanto, entrenando.
Yo puse todo de mi parte, desde luego: disciplina, disciplina, disciplina. Hasta que llegó un momento en que me quebré.
¿Se quebró?
Sí, y lo dejé todo. No toqué la moto durante siete años.
¡Siete años!
Del 2015 al 2022: los viví en Madrid, volcado en mi negocio de charcutería, trabajando catorce horas al día, y me casé, y me apoyé en el alcohol...
Ay...
Hasta que un día sentí que yo... Ya no era yo. Y necesité salir de esa rueda, y me separé... Y volví a empezar.
¿Con qué aprendizaje, Pedró?
Que la vida no son extremos, es equilibrio. Volví a la moto y sentí alegría, felicidad... Pero sin ya necesidad de competir.
Salvo el Dakar.
¡Salvo el Dakar! Es mi máxima ilusión.


