Buena parte del futuro del Port de Barcelona se basa en incrementar el transporte de mercancías mediante el ferrocarril, que este año copará el 12% de contenedores. Para aumentar este porcentaje y ser más sostenibles, se necesitan dos reformas clave que se complementan y se dan sentido mutuamente.
La primera son los largamente reivindicados accesos, con un presupuesto de 730 millones de euros. Pero de nada sirve poder acceder en tren si el propio recinto portuario no tiene unas instalaciones adaptadas a este método de transporte. Por llevarlo al argot de los pasajeros, si no hay una estación. Y esta segunda obra, el nodo ferroviario sur, recibió un espaldarazo este jueves con la aprobación definitiva del plan director urbanístico de la terminal logística intermodal.
Consenso entre el Port, Generalitat y los ayuntamientos de Barcelona y El Prat de Llobregat
Este planeamiento, cuya ejecución requerirá una inversión de 265 millones de euros, la mayoría a cargo del Port, se aprobó inicialmente en diciembre del año 2022. Durante estos tres años hasta alcanzar la luz verde definitiva, ratificada por parte de la comisión de territorio de la Generalitat de Catalunya, se han “modificado estudios informativos” que afectan a ámbitos urbanísticos, aseguró el presidente del Port de Barcelona, José Alberto Carbonell.
Además, añadió la consellera de Territori de la Generalitat de Catalunya, Sílvia Paneque, que “las zonas verdes planteadas también han necesitado una negociación y un diálogo que ha acabado bien”.
Ambos, en rueda de prensa, pusieron en valor el consenso alcanzado entre el Port, la Generalitat y los ayuntamientos de Barcelona y El Prat de Llobregat, municipios implicados en el planeamiento de 131 hectáreas.
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No desgranaron un calendario concreto, pero asumieron que las terminales deberían estar listas cuando los accesos se resuelvan. Es decir, en el año 2032 si nada se tuerce.
El nodo incluye diferentes infraestructuras: en el antiguo cauce del Llobregat se reunirán una terminal de autopista ferroviaria, otra de recepción y expedición y una tercera de carga y descarga; y de forma paralela al actual río, una terminal de recepción y expedición apodada Nou Llobregat, que ya se encuentra en construcción. De hecho, este gran nodo se completa con algunas actuaciones ya ejecutadas.
El proyecto incluye 24,4 hectáreas de espacios verdes para mejorar la relación del puerto con las ciudades
El planeamiento incluye 24,4 hectáreas de espacios públicos verdes, situados en El Prat de Llobregat y en Barcelona, para los vecinos y los trabajadores del puerto. Incluirán una pasarela para pasar por encima de las terminales ferroviarias, que tendrá un coste de cuatro millones de euros. Tres millones requerirán las expropiaciones a privados para realizar estas zonas verdes y 19 millones su urbanización.
Con todo, se planea una suerte de corredor verde entre el Parc Agrari del Baix Llobregat y Montjuïc, que pretende mejorar la relación entre el puerto y las ciudades que le dan cobijo.
“Cuando las seis terminales estén en servicio, será uno de los nodos más robustos de Europa”, ambicionó la consellera de Territori. “Modernizamos el puerto apostando por la innovación”, agregó Sílvia Paneque. “Nuestro futuro es ferroviario”, señaló el presidente del Port. “No solo se conseguirá con los nuevos accesos. Necesitamos el nodo ferroviario”, sentenció José Alberto Carbonell.
