Después de más de 130 años en funcionamiento la estación de Els Guiamets (Priorat) vio como en marzo se dejaban de detener los trenes.
Renfe decidió que los dos convoyes que paraban a diario por cada sentido ya no lo harían más y derivaba a los usuarios a Capçanes, el pueblo de al lado.
Las malas hierbas y el vandalismo crecen y el espacio está cada vez más deteriorado. Tan sólo un trabajador de Adif pasa un rato cada día para mantener activo el centro de circulación, que tiene capacidad para regir las operaciones ferroviarias de la zona en caso de que la central tenga problemas.
El Ayuntamiento de Els Guiamets pide a Adif que mantenga en condiciones la estación, que acogió trenes-hospital durante la Guerra Civil.
“Querríamos saber qué pasará con la estación. Es un pedazo de historia. Si cuando se detenían los trenes el mantenimiento ya era poco o casi nulo, ahora nos tememos que las hierbas crezcan sin control”, explica el alcalde de Els Guiamets, Jordi Soldevila. El alcalde lamenta que nadie les informara de que los trenes ya no se detendrían más y se enteraran por la información que Renfe dio a los usuarios una vez terminadas las obras en el túnel de Roda de Berà (Tarragonès).
“Hemos pedido a Adif y Renfe qué pasaba con la estación y cómo no habían comunicado nada de forma oficial”, indica.
Sin embargo, la noticia no les cogió por sorpresa, ya que desde hacía años la estación guiametana había perdido peso.
Los vecinos del pueblo tendían a ir a Capçanes porque la parada del municipio vecino les queda más cerca y la carretera está en mejores condiciones. Sin embargo, Soldevila cree que “no costaba nada comentarlo”.
Historia
Según el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Catalunya, la estación de Els Guiamets entró en funcionamiento el 8 de abril de 1891 y desde entonces ha formado parte de la línea que une Reus y Casp, la actual R-15.
El edificio principal es de planta rectangular, con planta baja y un piso, destinado a la vivienda del jefe de estación. En los años 70 pasó a ser un apeadero, se suprimió al personal y se cerró el inmueble, que desde entonces se ha ido deteriorando.
Ahora las puertas y ventanas están tapiadas y se ha colocado una valla al lado para evitar que nadie se acerque y minimizar el vandalismo.
En los últimos tiempos Adif había construido al lado un cobertizo para proteger a los viajeros de la lluvia y el viento, e instaló un banco y una máquina expendedora de billetes, que sigue en su sitio pero no está operativa.
Durante la Guerra Civil sirvió para acoger a los trenes-hospital de los soldados republicanos heridos en la batalla del Ebro.
A pocos metros se encuentra la masía de Vil·la Enriqueta, que también hizo esta función sanitaria y ahora también se encuentra abandonada, ocupada por la maleza y medio derribada.
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En este caso, el consistorio quisiera “que a la larga fuera del Ayuntamiento”, pero de momento no han podido localizar al propietario. Ninguno de los dos edificios está protegido a nivel patrimonial.