Aprender un nuevo idioma puede ser un reto, pero también una oportunidad para abrir fronteras y comunicarse con personas de diferentes países y culturas. Sin embargo, no todo aprendizaje ocurre en el aula. Existen múltiples formas de mejorar las habilidades lingüísticas de manera divertida, efectiva e incluso gratuita. Una de las más populares es ver películas y series en su idioma original.
El contenido audiovisual —ya sean películas, series, vídeos o canciones— resulta una herramienta valiosa para mejorar la comprensión auditiva, ampliar el vocabulario y perfeccionar la pronunciación. Además, permite acostumbrar el oído a distintos acentos sin necesidad de viajar a otros países o regiones donde se habla la lengua.
En España, la costumbre de ver películas dobladas al castellano sigue siendo predominante
En España, la costumbre de ver películas dobladas al castellano sigue siendo predominante. En cambio, en otros países europeos como los Países Bajos, Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia o Portugal, es habitual que las producciones se emitan en versión original con subtítulos. Una práctica que se refleja en la fluidez con la que sus habitantes manejan este idioma.
Cuando una escena combina explosiones o música épica, los diálogos se pierden con facilidad
Una de las voces más reconocidas en la divulgación de métodos alternativos para aprender inglés es María G. Durán, profesora y creadora de contenido apasionada por la enseñanza del idioma. Con sus trucos y consejos para hablar inglés, ha logrado construir una comunidad de más de un millón de seguidores en redes sociales (@mariaspeaksenglish). En uno de sus vídeos más recientes, Durán abordó una preocupación común entre sus alumnos: la dificultad para entender películas en inglés sin subtítulos.
La dificultad para comprender películas en inglés sin subtítulos no indica un bajo nivel del idioma, sino que está relacionada con la forma en que se produce el sonido en la actualidad
“No es tu culpa”, asegura. “Existe una razón por la que esto pasa, y tiene que ver con la manera en que se produce el sonido hoy en día”. Según Durán, el primer motivo tiene que ver con los avances tecnológicos en la captación del sonido y con el hecho de que los actores ya no proyectan la voz como antes.
En el cine clásico, hacerlo no era una elección artística, sino una necesidad técnica. Los micrófonos de la época eran grandes, poco sensibles y se situaban lejos del intérprete —fuera del encuadre o suspendidos desde el techo—. Esto obligaba a los actores a articular con precisión, elevar la voz y mantener una entonación teatral. “Hoy en día se usan micrófonos superprofesionales, incluso ocultos en la ropa, por lo que ya no es necesario proyectar la voz”, explica Durán.
Hoy en día se usan micrófonos súper profesionales, incluso ocultos en la ropa, por lo que ya no es necesario proyectar la voz
Este cambio ha transformado el estilo interpretativo. Muchas producciones, especialmente las de plataformas de streaming apuestan por una actuación más íntima y natural. Pero esa naturalidad tiene un precio: la claridad del diálogo. “Pueden susurrar, hablar más bajo, sonar más naturales... lo cual está genial, pero hace que todo sea más difícil de entender”, señala la profesora.
G. Durán añade un segundo motivo que dificulta a los espectadores el visionado sin subtítulos, y no solo en inglés, sino que también en su idioma nativo. Explica que el sonido de las películas se mezcla principalmente para las salas de cine, mientras que la mayoría de los espectadores las ven en casa, en el móvil, el ordenador o la televisión, con altavoces convencionales. “Cuando una escena combina explosiones o música épica, los diálogos se pierden con facilidad. En realidad, no es un problema del espectador, sino de cómo se graba, se interpreta y se mezcla el sonido hoy en día”, aclara la profesora.
Esta percepción es compartida por profesionales del sonido. El diseñador e ingeniero Randy Thom, responsable de producciones como Forrest Gump o The Revenant y ganador de 2 premios Óscar, advertía en una entrevista con StudentFilmmakers Magazine que “el diálogo grabado para las películas de acción real suele tener mucho ruido ambiente, a veces tanto que no se puede oír lo que dicen los actores”. Una observación que refuerza la idea de que la dificultad para seguir los diálogos no se debe al espectador, sino al propio proceso de producción sonora.
Los datos también apuntan en esa dirección. Una encuesta realizada por Associated Press y NORC en 2025 reveló que cerca del 40 % de los adultos menores de 45 años ven habitualmente películas o series con subtítulos, incluso en su propio idioma. Entre las razones más citadas: la dificultad para oír los diálogos y el deseo de no perder detalle.
Así que la profesora anima a que, la próxima vez que veamos una película, no nos sintamos culpables ni nos frustremos por usar subtítulos, sino que recordemos que son muchos los factores que influyen en nuestra comprensión. Que podamos seguir o no una película, subraya, no determina realmente nuestro nivel de inglés.


