Manuel Goas, español en Dinamarca: “En Madrid estaba en el paro viviendo con mi madre y aquí soy una persona independiente con un trabajo”

Vivir en Dinamarca

“Aquí la gente es muy organizada, cuidan de la gente mayor y le dan mucha importancia a la educación”, explica Goas para Guyana Guardian

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Manuel Goas, joven madrileño de 24 años que vive actualmente en Copenhague..

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Una de los pasos más difíciles tras terminar los estudios es encontrar un trabajo donde puedas empezar tu trayectoria laboral. Sin embargo, no siempre es tan fácil y buscar empleo puede convertirse en una odisea. Así le pasó Manuel Goas, tras vivir un tiempo en el Reino Unido decidió volver a Madrid, pero allí no encontraba trabajo y seguía en el paro. Ante la falta de oportunidades, decidió seguir los pasos de su hermano e irse a probar suerte en Dinamarca, conocido por ser uno de los países más felices del mundo.

En una entrevista para Guyana Guardian, Goas explica su crecimiento personal en la capital danesa, su experiencia y cómo afrontó algunos retos como el clima, así como su profesión como repartidor en Wolt. “Aquí somos como plantas; cuando sale el sol te animas y estás contento. La oscuridad es dura, pero es una ciudad en la que siempre hay cosas que hacer”, afirma. 

The popular Nyhavn area at Copenhagen, Denmark, with a street light and bicycles in front of the colorful houses

Copenhague es conocida como una de las ciudades más felices del mundo, según diferentes rankings. 

Getty Images/iStockphoto

Vivir en Copenhague

Dinamarca

¿Por qué decidiste mudarte a Dinamarca? ¿Cómo era tu situación en Madrid en aquel entonces?

En Madrid estaba en el paro viviendo con mi madre. Quería nuevos retos, así que decidí darme una oportunidad en Copenhague, ya que mi hermano vivía allí y estaba feliz. Mi llegada coincidió en pleno verano, por lo que había un montón de planes; la gente se vuelve loca y hay planes y fiestas todo el tiempo. Empecé a trabajar en un hostal gracias a los contactos de mi hermano y eso me facilitó mucho mis primeros pasos. 

¿Cómo te sentiste los primeros días que llegaste a Dinamarca?

Cuando llegas a un sitio por primera vez todo es nuevo y emocionante: recuerdo que al inicio tenía un montón de tiempo libre. Además, conocí a muchas personas en mi llegada, ya que mi hermano me introdujo en su círculo de amigos, así que la experiencia no fue tan dura. 

¿Es fácil conseguir trabajo allí? 

En Copenhague es fácil encontrar trabajo no cualificado, y además se paga mucho mejor que en España, ya que tienen sindicatos muy potentes que velan por el trabajo manual. Para los trabajos cualificados es más difícil encontrar empleo, necesitas tiempo, integrarte mucho, hacer un máster aquí o aprender danés, ya que el idioma pesa mucho a la hora de contratar. Aun así, el sistema danés te ayuda a encontrar trabajo. 

Hay mucha competitividad porque tienen salarios buenos, en cualquier trabajo vas a cobrar por encima de los 2.000 euros, pero hay que tener en cuenta que es una ciudad cara y un café puede costarte unos 10 euros; así que para ahorrar debes llevar una vida de monje.

Manuel y sus compañeros de trabajo cuando inicialmente trabajaba en el hostal.

Manuel y sus compañeros de trabajo cuando inicialmente trabajaba en un hostal.

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¿Y como está el tema del alojamiento?

Es horrible buscar alojamiento: todo está muy caro, normalmente son contratos por temporada y suele estar en malas condiciones. De hecho, en un año he vivido ya en cuatro sitios y estoy a punto de mudarme al quinto. Si compartes una habitación te cuesta unos 700 euros y un apartamento para ti solo ronda a los 1.200 euros. La crisis de la vivienda es un problema que está afectando a todas las grandes ciudades de Europa. 

La falta de sol es lo que más me afecta, solo hay cuatro semanas soleadas en verano

Senior EditorCopenhague

¿Cómo llevas el frío viniendo de una cultura mediterránea?

Anteriormente, viví casi dos años en Reino Unido, donde también hace mal clima, así que ya venía acostumbrado. Además, siendo de Madrid estoy acostumbrado al frío fuerte del invierno, así que de momento lo llevo bien. Sin embargo, lo que más me afecta es la falta de sol. De hecho, mucha gente me decía que tenía que tomar vitaminas, pero de momento no he tenido ninguna necesidad, ya que solo hay cuatro semanas soleadas en todo el año - entre agosto y septiembre- y eso se nota en la gente. Los ves caminando mucho más felices. En cambio, en invierno, te levantas y está nublado. Así que el frío lo aguanto bien, pero la falsa de sol no.  

¿Qué fue lo más difícil a lo que tuviste que adaptarte?

Soy una persona que le encantan los retos y se adapta fácilmente en cualquier situación. Sin embargo, siento que aún estoy encontrando mi sitio, pero estoy feliz. No tengo claro si voy a quedarme mucho tiempo aquí, todo depende de mi situación laboral y de mis amigos. 

¿Qué diferencias notas entre la vida en Madrid y en Copenhague?

Es muy distinto y ambos lugares tienen cosas buenas y malas. Lo que más echo de menos es a mi familia y a mis amigos de siempre, aunque gracias a Internet estamos en muy en contacto. Aquí estoy ganando mucha independencia porque estoy aprendiendo a vivir solo, trabajar en diferentes sectores, manejarme por mi cuenta, y la verdad que no lo cambiaría por nada.

Esta decisión ha cambiado mi vida, pero sobre todo ha cambiado la imagen que la gente tiene de mí; no es lo mismo estar en el paro viviendo en casa de tu madre, ayudándola con recados, que ser alguien independiente, con trabajo, viviendo solo y en una ciudad que me encanta.

En Dinamarca hay una cultura muy de estar en casa, hacer quedadas acogedoras y no ser muy consumistas. El sistema educativo ayuda mucho a los jóvenes e incluso si trabajas media jornada, te pagan la otra media jornada por estudiar. 

En Dinamarca hay una cultura muy de estar en casa, hacer quedadas acogedoras y no ser muy consumistas

Senior Editor24 años

Dinamarca suele estar entre los países más felices del mundo. ¿Por qué crees que es as?

Aunque el clima puede influir en el estado de ánimo, más allá de eso, aquí la gente es muy organizada, cuidan de las personas mayores y le dan mucha importancia a la educación. En general, los ciudadanos son felices y eso se nota en su calidad de vida, en la perspectiva de futuro, la tranquilidad y la seguridad que ofrece Dinamarca. 

¿Sueles salir con españoles o te integras más con daneses?

Decidí no juntarme demasiado con españoles porque quería cambiar de aires. Cuando vivía en Reino Unidos sí que me rodeaba con muchos de ellos, pero ahora mismo mi grupo de amigos más cercanos son argentinos. También tengo amigos locales; Isa, Sebas y Luna. 

Profesión

Repartidor de Wolt

¿Cómo es un día típico trabajando para Wolt en Copenhague? 

Suelo trabajar sobre todo los fines de semana, desde las cuatro y media hasta las nueve. Es un trabajo flexible y me gusta por eso, porque no tienes jefes encima ni compañeros diciéndote qué hacer. Es un trabajo muy duro, no te da el cuerpo para pedalear toda la ciudad y subir escaleras. Es difícil ser repartidor por el clima. Si sigo, tendré que comprarme una bici eléctrica o incluso una moto, y además unas botas buenas, porque más de tres horas repartiendo se te congelan los pies. 

¿Cuánto se cobra aproximadamente por pedido? ¿Es suficiente para alquilar un piso allí?

Aquí los pedidos se pagan entre 7 y 15 euros. Como voy con una bici normal, este mes tendré para pagar el alquiler y, si el mes que viene hago más horas, podré cubrir otros gastos. Tengo que tomármelo más en serio porque es un trabajo independiente y se cobra según lo que trabajes, si no, no sale rentable. Además, los fines de semana hay un plus del 20% o a veces el 50%. Hay gente que tiene motos eléctricas y obviamente esas personas ganan mucho dinero.

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Manuel trabajando en la empresa de Wolt. 

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Me hace gracia cuando toda la familia me recibe y los niños se quedan impresionados cuando me ven con el pasamontañas

Senior Editor24 años

¿Tienes alguna experiencia divertida durante algún reparto?

De momento no me ha pasado nada fuera de lo normal. Pero me hace mucha gracia cuando sale toda la familia a recibirme, sobre todo los niños; a veces les doy el pedido directamente a ellos y les choco las manos, y se quedan impresionados, más si voy con el pasamontañas porque se pregunta: “¿Quién es este?”. Es muy gracioso. Lo peor que me ha pasado es no encontrar la casa con el GPS o que en el telefonillo no aparezca el nombre, pero nada raro por ahora y ojalá siga así.

¿Cómo manejas los desafíos climáticos, como el frío o la lluvia? ¿Alguna vez tu bici te ha jugado una mala pasada durante un reparto?

De momento no me he caído y espero no caerme. Intento ir siempre con mucho cuidado. Lo peor es el frío, porque literalmente te congelas, incluso yendo muy abrigado. La lluvia también es un problema porque vuelves empapado, pero como no paras de moverte, al final te mantienes caliente. Eso sí, la ciudad está increíblemente preparada para ir en bici; los carriles son buenísimos, organizados y eso da mucho gusto.

¿Es un trabajo temporal para ahorrar o de momento estás cómodo con esta experiencia?

Mi idea es que sea un trabajo temporal, así que quiero aprovecharlo lo máximo posible. De momento me gusta porque me da libertad. Estaba cansado de tener que rendir cuentas a un jefe y que te pongan los turnos que ellos decidan. Pero a futuro creo que valgo para hacer algo más importante. De momento me sirve para pagar alquiler y otros gastos sin pedir dinero a mis padres. 

Tengo entendido que en verano se gana menos porque la gente sale más a los restaurantes o recoge los pedidos, así que seguramente tendré que buscar otra cosa para entonces. Lo bueno es que ya tengo contactos y supongo que conseguiré algún otro trabajo. 

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