En pleno verano es normal que la rutina se altere. Los días más largos, las cenas tardías con los amigos o las vacaciones hacen que nos vayamos a la cama mucho más tarde, lo que supone dormir menos horas o no tener el mismo cuidado con la piel por pereza, algo que puede afectarla.
“Hay algo en el verano que hace que las rutinas parezcan opcionales. Las vacaciones, los horarios escolares cambiados, los atardeceres tardíos y las noches calurosas pueden retrasar progresivamente tu hora de dormir. Tu cuerpo, y tu piel, lo notan… y no están contentos. También hay más vida social, más alcohol, viajes con cambio de huso horario y una falta general de estructura que hace que duermas menos horas y tengas un descanso más fragmentado”, señala el cosmetólogo y doctor en Farmacia, Pedro Catalá.

Pedro Catalá recomienda hacer la rutina de cuidado antes de las 23 horas para que los activos de los productos funcionen correctamente
Como explica el también fundador de Twelve Beauty, la conexión entre el descanso y la salud cutánea se debilita en esta época del año por el cambio de hábitos, ya que la piel tiene su propio ritmo circadiano que funciona las 24 horas. “Durante el día, se encuentra en modo defensa, para protegerla del sol, la contaminación y el estrés oxidativo. Por la noche, entra en modo reparación para curar los micro-daños, regenerar el colágeno y fortalece su barrera”, expone el cosmetólogo, que añade: “Según los estudios dermatológicos, el momento más activo de regeneración cutánea es entre las 2 y las 4 de la madrugada. Durante este intervalo, la renovación celular se acelera, el ADN se repara y la piel se vuelve más permeable, permitiendo una mejor absorción de nutrientes e ingredientes activos. Así que si a esas horas estás viendo series, dando vueltas por el calor o de fiesta en un chiringuito, tu piel está perdiendo su mejor oportunidad para renovarse”.
Por ello, Catalá insiste que es importante no modificar la rutina de cuidado y sueño que se sigue durante el resto del año. “Las investigaciones indican que cuando los ciclos de sueño no coinciden con el ritmo natural de reparación de la piel, el cuerpo tiene más dificultades para completar los procesos biológicos que mantienen una piel sana y joven. Esta desconexión puede provocar: inflamación crónica, una menor producción de colágeno, una barrera cutánea debilitada y una acumulación de estrés oxidativo”, afirma el profesor de química cosmética.
Las investigaciones indican que cuando los ciclos de sueño no coinciden con el ritmo natural de reparación de la piel, el cuerpo tiene más dificultades para completar los procesos biológicos que mantienen una piel sana y joven”
Esta alteración del sueño se nota especialmente en el contorno de ojos en forma de bolsas, ojeras y sequedad. Pero también hay otros signos cutáneos que indican que se está durmiendo mal, como por ejemplo las líneas de expresión, que se marcan mucho más porque se reduce la producción de colágeno y afecta la hidratación natural, lo que hace que la piel se deshidrate y las arrugas sean mucho más visibles.

Plant Perfection Gel Serum, con bidens pilosa para estimular la producción de colágeno de forma natural (96 euros)
También la piel pierde elasticidad, disminuyendo la firmeza, y aumentan la irritación y las rojeces. Otra consecuencia es una tez apagada y tono desigual porque la renovación celular se ralentiza y se acumulan células muertas y se pierde luminosidad. También puede alterarse la distribución de melanina, generando manchas.

Firming Gel Cream de la línea Prolagenist de Montibello (76,90 euros)
Cuando no se pueden controlar los horarios, Catalá recomienda adelantar la rutina nocturna, aplicando los productos antes de las 23 horas para que los activos ayuden a la regeneración cutánea que se produce entre las 2 y las 4 de la madrugada. También aconseja optar por texturas nutritivas, hidratantes y reparadoras y buscar ingredientes como péptidos, niacinamida, aceites insaponificables, retinol vegetal o ácido hialurónico.