“No hay duda, la crisis climática, cada vez más preocupante, no solo está transformando nuestro entorno, sino también nuestra piel. A medida que las temperaturas fluctúan al alza, aumenta la contaminación y se intensifica la exposición a los rayos UV, nuestra piel enfrenta nuevos desafíos cada día”. Con esta frase el cosmetólogo Pedro Catalá advierte que el cambio climático está influyendo también en la salud de nuestra piel.
Para hacer frente a este problema, el doctor en Farmacia y profesor de Química Cosmética en la Universidad de Siena explica que la cosmética adaptativa al clima es muy importante, porque ya no vale con usar solo unos productos básicos, sino que es necesario introducir una serie de ingredientes para luchar contra este cambio.

Candice Swanepoel en la playa con su piel bronceada e hidratada
“La cosmética adaptativa al clima da nombre a una nueva generación de productos diseñados para apoyar a la piel frente a condiciones ambientales variables. A diferencia del cuidado tradicional, que suele centrarse en la hidratación o el SPF, estas fórmulas van un paso más allá”, señala el también fundador de Twelve Beauty.
El experto alerta que el clima está afectando más que nunca al estado del cutis. “La piel reacciona constantemente al entorno, y algunas de las amenazas más importantes provienen directamente de la atmósfera”, dice el profesional.
A diferencia del cuidado tradicional, que suele centrarse en la hidratación o el SPF, estas fórmulas van un paso más allá”
Uno de los desafíos es la contaminación del aire. Las partículas microscópicas del aire urbano se depositan en la piel, lo que provoca estrés oxidativo, poros obstruidos, inflamación y envejecimiento prematuro. Además, el cuero cabelludo se ve afectado por estos contaminantes que debilitan la capacidad natural de defensa de la piel.
Otro factor determinante es el cambio de temperatura, especialmente en verano con las olas de calor. La piel está mucho más deshidratada, sensible, irritada e incluso acentúa los brotes de acné.
Asimismo, la exposición al aire libre hace que los rayos UV sean mucho más intensos y los expertos recomiendan evitar las horas punta para no dañar la piel. “A medida que crecen los problemas cutáneos relacionados con el clima, aumenta también la necesidad de una cosmética adaptativa al clima que apoye la piel de forma activa y en tiempo real”, remarca el cosmetólogo.
Cuatro objetivos clave
Los cuatro objetivos de la cosmética adaptativa son: fortalecer la barrera natural de la piel; defenderla de la contaminación, rayos UV y el clima extremo; adaptarse a los cambios de humedad y temperatura, y calmar la inflamación provocada por el estrés ambiental. “Estos productos no solo tratan la piel, sino que se adaptan, evolucionan y protegen, ayudando a que la piel se mantenga equilibrada sin depender del parte meteorológico (….) La cosmética adaptativa al clima debe utilizar una combinación inteligente de ingredientes calmantes, refrescantes, protectores y reparadores de la barrera cutánea”, destaca.

B12 Calm Serum de Twelve Beauty (68 euros)
Entre los ingredientes clave de la cosmética adaptativa están antioxidantes como el extracto de buddleja davidii, la vitamina E o la Artemisia umbelliformis que neutralizan los radicales libres provocados por la contaminación y la radiación UV, reduciendo el estrés oxidativo y ayudando a prevenir el envejecimiento prematuro. También ingredientes reparadores como péptidos y ácidos grasos vegetales que refuerzan la barrera cutánea, haciéndola más resistente a las agresiones externas.

Contorno de Ojos Pro-Colágeno Péptidos de Paula’s Choice (47 euros)
Asimismo se deben incluir agentes hidratantes como el ácido hialurónico, el extracto de flor de malva, el escualano y el isomerato de sacárido que retienen la hidratación y alivian la irritación, manteniendo la piel cómoda en climas diversos; filtros solares minerales como el óxido de zinc para ofrecer protección de amplio espectro frente a los rayos UV y activos defensores contra la contaminación, como el carbón activado o la arcilla caolín que ayudan a eliminar las partículas contaminantes de la superficie de la piel, reduciendo la posibilidad de poros obstruidos y brotes causados por esta amenaza real.