El bienestar físico y emocional es uno de los principales objetivos vitales de la actualidad. Tal y como ocurre con el cuerpo, el cerebro sufre las consecuencias de un día a día que evoluciona constantemente. Tan pronto como nos despistamos, podemos sentir dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones. El cuerpo debe estar limpio por dentro y por fuera, pero la mente también merece una atención especial.
Este es uno de los muchos tópicos que se comentan en profundidad en las conferencias Aprendemos Juntos, promovidas por el BBVA. Una de las últimas personalidades que se han pronunciado al respecto es Xavier Guix, psicólogo y autor de libros como El problema de ser demasiado bueno. Durante su más reciente intervención, el catalán profundizaba sobre la culpabilidad, y cómo nos afecta a corto y largo plazo.
“Hume nos dice: ‘la culpa, ese sentimiento culposo, lo utilizamos antes de actuar para saber cómo nos sentiríamos si hiciéramos eso’. Ahora, ¿tiene algún otro tipo de utilidad? No. Quiero creer que tanto tú como todos los que estáis aquí, cuando habéis hecho lo que habéis hecho, era lo único que podéis hacer en ese momento. Era lo único que cabía en vuestra conciencia. Era lo único que supisteis hacer”, indicaba. No cabe la culpa. Solo cabe la responsabilidad sobre las consecuencias de lo que tú has hecho”, indicaba.
“Y eso no hay que meterlo en la culpa, hay que meterlo en la responsabilidad. Cuando yo hablo de responsabilidad no me refiero a hacerme cargo, cargar con. Responsabilidad para mí es responder. Ante aquello que yo he hecho, respondo. Cuidado cuando la culpa la convertimos en algo que tenemos que cargar, en algo que tenemos que arrastrar y que es un peso pesado, que además no me resuelve nada, porque el arrepentido aprende la lección: lo siento, me arrepiento, no lo haré más”, insistía.
Xavier Guix
Separar del problema
“En cambio, la culpa no. La culpa te deja siempre con el peso colgando. Y eso no te va a ayudar a que puedas crecer como persona”, concluía. Otra figura habitual de estas conferencias es Mario Alonso Puig, doctor y fellow en cirugía por Harvard University Medical School. Recientemente, el cirujano se pronunció sobre nuestra forma de pensar. Según sus palabras, además de seguir los impulsos del cerebro, el corazón también aporta su grano de arena.
“El corazón tiene 40.000 neuronas. Es impresionante, ¿verdad? Es fascinante descubrir que nuestro corazón tiene su propio sistema neuronal. Estas neuronas son capaces de comunicarse con el cerebro, influyendo en nuestras emociones y en nuestras decisiones. Esto nos muestra que el ser humano no sólo piensa con la cabeza, sino también con el corazón”, confirmaba.


