En España, las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte, siendo el infarto de corazón una de las más letales. Tanto es así que este tipo de enfermedades tales como infartos, ictus o insuficiencia cardíaca representan casi el 25% de todas las muertes en el país.
Aunque tener o no un infarto no depende exclusivamente de nosotros, lo cierto es que la mayoría de ellos son prevenibles con cambios en el estilo de vida, por lo que una gran parte sí que tiene que ver con lo que hacemos. De hecho, se estima que más del 80% de las enfermedades cardiovasculares pueden evitarse si se controlan ciertos factores de riesgo.
Por ello, para evitar este tipo de enfermedades, es importante mejorar nuestros hábitos de vida, implementando una alimentación saludable basada en la dieta mediterránea, haciendo ejercicio físico regular, evitando el tabaco, durmiendo bien y manejando de forma adecuada el estrés. Todo esto, unido a revisiones médicas regulares que nos ayuden a controlar los niveles de colesterol, glucosa y presión arterial, pueden reducir drásticamente nuestras probabilidades de sufrir un infarto.
Este pequeño antiagregante plaquetario te puede salvar la vida ante un infarto
Aunque estas pequeñas decisiones diarias pueden ser clave para el devenir de nuestro futuro, lo cierto es que hay que tener en cuenta que no reducen el peligro de enfermedades cardiovasculares por completo, por lo que hemos de estar preparados y saber qué hacer en caso de sospechar que estamos sufriendo una.
El infarto suele empezar con un fuerte dolor en el pecho
El experto en primeros auxilios, Miguel Assal, que cuenta con más de 3 millones de seguidores en su cuenta de TikTok, asegura que, en caso de sufrir un infarto, hay una pastilla que puede salvarnos literalmente la vida. Los síntomas más comunes para identificar que estamos sufriendo uno suelen empezar con un dolor en el pecho, que puede extenderse al brazo izquierdo, mandíbula, cuello, espalda y hombros. También es frecuente tener dificultad para respirar, sudor frío, náuseas o vómitos y sensación de desmayo.
En estos casos, el experto explica que, la aspirina, una pastilla que antes teníamos mucho en casa y que ahora ya cada vez tiene menos gente, puede salvarnos la vida, pues tomarla al inicio de un infarto puede ayudar a reducir el daño. Esto sucede porque, durante un infarto, se forma un coágulo que bloquea una arteria coronaria, y la aspirina ayuda porque inhibe las plaquetas, que son las células que forman coágulos, y al hacerlo puede frenar su crecimiento, permitiendo así que la sangre fluya más fácilmente al corazón.
Es importante masticarla y no tragarla para que el efecto sea mucho más rápido
Además, el experto explica que, en este tipo de casos, lo ideal es tomar media aspirina, es decir, entre 250 y 300 mg, y no tragarla directamente, sino masticarla, aunque sepa mal: “Así, romperemos el recubrimiento entérico de la pastilla y el efecto será mucho más rápido que si lo hace el ácido de tu estómago”, explica.
Tomar media aspirina puede salvarnos literalmente la vida ante un infarto
Es importante destacar también que, aunque ni el ibuprofeno ni el paracetamol tienen esta función, antes de tomar la aspirina hay que saber si somos alérgicos al ácido acetilsalicílico, tenemos una úlcera gástrica activa o problemas de sangrado, pues en caso de ser así tomarla puede tener efectos muy negativos. Por ello, una aspirina puede salvarnos la vida durante un infarto, pero solo como parte de una acción inmediata y con apoyo médico, no debe sustituir la atención de emergencia.
