Cori, maestra de Educación Infantil: “Si estás buscando cole, evita aulas saturadas: sobreestimulan a los niños, dificultan la concentración y aumentan los conflictos”

Psicopedagogía

Ambientes serenos, con pocos estímulos visuales y una estética cuidada, favorecen el bienestar emocional, la autorregulación y un aprendizaje más profundo y duradero en la infancia

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Aula decorada con exceso de colores y carteles: un entorno así puede saturar la percepción de los niños y afectar su comportamiento

Aula decorada con exceso de colores y carteles: un entorno así puede saturar la percepción de los niños y afectar su comportamiento

TikTok | @cori_entrepetits

¿Preferirías una habitación recargada de colores, carteles y dibujos… o un espacio limpio, sereno y con tonos suaves? Cori, maestra de Educación Infantil y autora del perfil @cori_entrepetits, lanza esta pregunta a las familias que se enfrentan a una de las decisiones más importantes en los primeros años de crianza: elegir colegio.

El mito del aula colorida

Cori alerta: el exceso de estímulos visuales genera confusión y desregulación emocional

“Durante muchos años se ha considerado que cuanto más color tenga un espacio, más estímulos y por tanto, mayor aprendizaje. Pero ¡spoiler! Esta sobreestimulación puede generar precisamente lo contrario”, advierte. En un vídeo que acumula miles de visualizaciones, Cori desmonta la falsa creencia de que los ambientes recargados son más educativos. De hecho, afirma que “ambientes muy saturados pueden dificultar la concentración, porque los niños y niñas no saben dónde deben prestar atención”, y que ese caos visual favorece incluso la aparición de conflictos entre iguales.

La clave está en la intención pedagógica del espacio. “Muchas veces se decoran los espacios simplemente por decorar, por poner cosas en la pared. Pero no olvidemos que el entorno también enseña mucho”, señala. Frente a esa saturación, Cori defiende entornos tranquilos, con materiales seleccionados y una estética cuidada. No se trata solo de estética: se trata de desarrollo neurológico, regulación emocional y aprendizaje significativo.

“Los espacios tranquilos, con colores suaves y no sobrecargados tienen múltiples beneficios”, afirma. Entre ellos: mejorar la atención, ayudar al bienestar emocional y a la autorregulación, favorecer el juego libre y la creatividad, y generar una sensación de calma y seguridad. Todo eso desde la base: el aula. Por eso insiste en que, a la hora de visitar centros educativos, las familias se fijen más allá del currículo o la oferta de extraescolares. “El espacio también educa”, recuerda.

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Para cerrar su reflexión, lanza una pregunta directa: “¿Y tú? ¿Eres del equipo calma o del equipo arcoiris desbordado?”. La elección, como siempre, no es solo estética. Es una declaración pedagógica.

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