La alimentación es un mundo lleno de curiosidades, misterios y descubrimientos, además de platos deliciosos. Cada cultura tiene una forma distinta de comer, usando ingredientes y elaboraciones diametralmente opuestas. Sin embargo, algunos de ellos podrían comportar algún que otro problema a la hora de consumirlas, sea por el peso o por su afectación en un cuerpo enfermo. En este sentido, algunas combinaciones con medicamentos pueden resultar peligrosas.
Un hecho que ha expuesto Elena Monje, farmacéutica de profesión que compagina sus tareas con la divulgación en redes sociales. A través del perfil inFARMArte, comparte consejos diarios sobre la ingesta de fármacos, sus horarios o posibles efectos secundarios. Ciertas dietas o alimentos concretos provocan incompatibilidades y resultados inesperados, como ocurre con el queso según sus explicaciones.
“Cuidado con el queso si estás tomando alguno de estos medicamentos. Hay un grupo de fármacos llamados IMAO, inhibidores de la monoaminooxidasa, que se usan para tratar enfermedades como la depresión o el Parkinson. Estos medicamentos bloquean una enzima que normalmente elimina una sustancia que está en algunos alimentos como el queso, llamada tiramina”, explicaba, adjuntando gráficos en las imágenes de TikTok.
“Si esa tiramina se acumula, puede provocar una crisis hipertensiva, dolor de cabeza intenso, palpitaciones y tensión muy alta. En casos graves puede ser muy peligroso. También puede suceder con otros medicamentos, como con el antibiótico Linezolid o con la procarbazina usada para el cáncer. Los quesos que más reacción pueden causar son los curados, como el roquefort, parmesano o camembert”, insistía.

Queso Manchego
Bajo lupa
“Pero, la tiramina también está presente en otros alimentos. Así que si estás en tratamiento con IMAO, Linezolid o procarbazina, evita quesos curados, embutidos, vino tinto, cerveza artesanal y salsas fermentadas como la de soja”, concluía. Las combinaciones entre distintos medicamentos también pueden resultar perjudiciales, tal como exponían en su momento un grupo de farmacéuticas de Torras i Bages, en Barcelona.
“Hay combinaciones de medicamentos que parecen inofensivas, pero pueden dar efectos secundarios graves. Ibuprofeno y paracetamol, en dosis altas, nunca. Puede causar problemas en el hígado y en los riñones. Antidepresivos e ibuprofeno, aumenta el riesgo de hemorragias internas. Otro ejemplo, alcohol y antibióticos. El alcohol puede inhibir la absorción del antibiótico, bajar sus efectos y aumentar los efectos secundarios, como náuseas y vómitos”, detallan.