Sara Marin, doctora: “Nunca te duches justo después de comer. La sangre se desvía hacia la piel, ralentizando la digestión y provocando acidez, pesadez y mareos”
BIENESTAR
La doctora explica que cuando comemos, el sistema digestivo necesita que la sangre fluya hacia el estómago y los intestinos para ayudar en la absorción de nutrientes
Sara Marin Berbell, doctora
¿Te has preguntado alguna vez por qué no deberías ducharte justo después de comer? Es una de esas recomendaciones que hemos escuchado toda la vida de nuestros padres y abuelos, pero ¿sabes realmente que hay de cierto en ella? Aunque parezca una simple advertencia, ducharse o bañarse después de una comida copiosa, puede no sentarle bien a tu cuerpo, especialmente cuando está en el proceso digestivo. Cuando comemos, el sistema digestivo necesita mucha energía, y para funcionar correctamente, la sangre se dirige hacia el estómago. Sin embargo, si te duchas, el cuerpo prioriza la circulación sanguínea hacia la piel para regular la temperatura.
Sara Marin Berbell, especialista en microbiota, ha dedicado un vídeo en sus redes personales donde habla precisamente de los riesgos que conlleva darse una ducha justo después de una comida. “Ducharse después de comer puede hacerte daño, sobre todo al estómago. Después de comer, la sangre va al estómago para ayudar a digerir toda la comida, porque entonces el sistema digestivo necesita mucha energía para funcionar”.
Es algo parecido a cuándo tu madre o tu abuela te decían lo del corte de digestión
Ducha
Es decir, cuando te duchas justo después de comer, “el cuerpo envía toda la sangra a la piel para abrirla al vaso y ayudarte a regular la temperatura”. Esto significa que el flujo sanguíneo que normalmente se dirigiría hacia el estómago, donde se necesita para la digestión, se desvía hacia la piel. Como resultado, “le quita toda la prioridad al estómago”, lo que interrumpe el proceso digestivo. Esto puede llevar a una digestión más lenta, causando malestares como acidez, pesadez y, en algunos casos, incluso mareos.
Es algo parecido a lo que tu abuela siempre te decía cuando estabas en la playa: “vas a tener un corte digestivo”, pero lo que realmente sucede es que el cuerpo está intentando regular su temperatura. Al hacerlo, no puede concentrarse en la digestión de manera eficiente. De hecho, algunos expertos señalan que esto puede ser especialmente perjudicial en personas con condiciones como el reflujo gastroesofágico, que ya tienen una digestión más sensible.
Digestión
Si has disfrutado de una buena “comilona” o una cena copiosa, especialmente durante los meses de verano, lo más recomendable es esperar entre “30 o 60 minutos para ducharte”. Esto le da a tu cuerpo el tiempo necesario para dirigir la sangre hacia el estómago y así facilitar el proceso digestivo. Si te das prisa para ducharte, corres el riesgo de interrumpir esta función natural, lo que podría generar una digestión más lenta y ocasionar malestares.
Al esperar un poco, no solo ayudas a que tu cuerpo complete el proceso digestivo de manera eficiente, sino que también previenes esos síntomas molestos que pueden arruinar una buena comida y el día. Así que, la próxima vez que disfrutes de una gran comida, tómate un tiempo para relajarte y darle a tu cuerpo un respiro antes de meterte al agua. Tu estómago te lo agradecerá.