Mario Alonso Puig, experto en liderazgo y crecimiento personal: “El verdadero líder atrae por su forma de ser y de estar en el mundo”
Bienestar
El médico se centra en su reflexión semanal en las cualidades de aquellos capaces de conectar y hacer sentir a los demás
Puig: “Liderar es influir, y esa influencia empieza en lo cotidiano.”.
Todos queremos ser líderes, pero no es fácil. La pregunta de si el líder nace o se hace es un debate común, y la respuesta es que ambas son ciertas. Algunas personas pueden tener predisposiciones naturales al liderazgo, pero la habilidad para liderar de manera efectiva se desarrolla a través de la práctica, la educación, la experiencia y el crecimiento personal.
Un buen liderazgo exige autoconocimiento y habilidades de comunicación excepcionales. No basta con tener autoridad; se necesita influir de forma positiva, resolver problemas con criterio justo y aprender de los errores sin perder credibilidad. El médico y experto en desarrollo personal Mario Alonso Puig centra su reflexión en sus AudioNews de esta semana precisamente en el liderazgo, en cómo las personas que se caracterizan por ser buenos líderes provocan una atracción, una verdadera conexión a nivel humano.
Puig: “Las personas no recordarán siempre lo que dijiste, pero nunca olvidarán cómo las hiciste sentir”.
El experto se plantea qué es lo que realmente hace que sigamos a una persona. Sorprendentemente, a pesar de lo descrito, que alguien provoque que le sigamos nada tiene que ver con su cargo o las palabras que utiliza.
Tal y como explica el especialista, “es algo mucho más profundo: su capacidad de conectar, de hacernos sentir queridos, escuchados, valorados y comprendidos”.
¿Qué caracteriza a un líder?
El médico continúa explicando que “el liderazgo no se impone; se reconoce”. Es más, “no importa si llevas un título o no, porque el verdadero líder no necesita decir “sígueme”. El verdadero líder atrae por su forma de ser y de estar en el mundo”, sentencia.
Como bien apunta en su escrito semanal, “el liderazgo comienza con la conexión humana”, pues “liderar es influir, y esa influencia comienza en lo cotidiano”.
Mario Alonso Puig: “Las personas no recordarán siempre lo que dijiste, pero nunca olvidarán cómo las hiciste sentir”
Un buen líder se caracteriza por tener visión clara, empatía, integridad y habilidades de comunicación efectivas. Inspira y motiva a su equipo con el ejemplo, promoviendo la confianza. Es capaz de tomar decisiones firmes pero justas, escucha activamente y se adapta a los cambios con resiliencia. Además, reconoce los logros de los demás, asume la responsabilidad de sus actos y fomenta un ambiente de crecimiento y respeto mutuo.
Como es de esperar, no todos tienen lo que se necesita para ser líderes. Muchos fallan porque subestiman lo difícil que, sobre todo, adaptarse a situaciones cambiantes, lo que convierte el liderazgo en una tarea desafiante y en constante evolución.
Vivimos en la era del ruido, así que aprende a pasar partes del día en silencio
A pesar de todo, el liderazgo es otra de esas habilidades que se pueden desarrollar y aprender con el tiempo. Como bien señala el experto, es un don que “se construye en esos pequeños gestos que hacen sentir acompañados a quienes nos importan… y también a quienes, a veces en silencio, nos necesitan”; porque tal y como explica Puig, “el liderazgo más profundo se expresa en silencio: con coherencia, humanidad y propósito”.
Una vez más, el autoconocimiento es clave para impulsar el crecimiento personal, porque exige desarrollar habilidades clave como la empatía, la autoconfianza, la toma de decisiones y la gestión emocional. Al enfrentarse a retos constantes, un líder aprende a conocerse mejor, a reconocer sus fortalezas y debilidades, y a superarse continuamente. Un “trabajo” que no hace sino aportar beneficios como fortalecer el carácter, la resiliencia y la capacidad de influir positivamente en los demás, convirtiéndose en una oportunidad constante de aprendizaje y transformación personal.