Los primeros 10 días del mes de junio han dejado las primeras olas de calor de 2025. Durante la última semana, territorios como Catalunya han visto como los termómetros superaban los 35 grados en múltiples poblaciones. Un poder abrasador del Sol que anticipa la llegada del verano, las primeras visitas a la playa y la apertura de piscinas municipales. Sin embargo, esto también comporta ciertas precauciones.
Junto a piscinas y playas, también llegan sus correspondientes socorristas, responsables de ayudar a cualquier asistente en problema. Un hecho que podría llegar a complicarse dependiendo de nuestro aspecto. Miguel Assal, divulgador y técnico experto en Emergencias y Primeros Auxilios, comentó esta cuestión en el programa La Ventana de Cadena SER, después de que Carles Francino le preguntara si el color del bañador es importante.
“Es importante sobre todo en las piscinas. En la playa también, pero sobre todo en las piscinas. Cuando un niño está con un color del bañador azul, y yo hice un experimento muy bueno con un vídeo que cogí dos bañadores, los metí en la piscina y cuando le das movimiento al agua de la piscina, el azul pierde totalmente la visibilidad. Sin embargo, el rojo, el fosforito, el rosa, el verde fluorescente, todos esos, aunque tú agites el agua vas a seguir viendo al niño”, aportó.
“En este caso, imagínate que el niño está ya hundido y tú estás buscando a tu hijo. En ese momento en el que entras en una agonía que dices ‘¿dónde está mi hijo?’”, insistía. Una reflexión acompañada por los datos del Informe Nacional de Ahogamientos, que elabora la Real Federación de Salvamento y Socorrismo. Según este estudio, en 2024 fallecieron 471 personas por ahogamiento en los distintos espacios acuáticos de España.

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Año difícil
Un hecho que constituye la segunda causa de muerte entre menores europeos de 5 a 14 años, tal y como recoge el Ministerio de Sanidad. De igual forma, también es la cuarta causa de fallecimiento entre los 15 y los 29 años. Según el informe original, 244 de las 471 pérdidas tuvieron lugar en la playa, seguidas de 85 adicionales en ríos y otros entornos, a partes iguales; mientras que en las piscinas fallecieron un total de 57 personas.
A nivel comunitario, Andalucía fue la comunidad autónoma donde más personas perdieron la vida en espacios acuáticos, llegando hasta las 72. Galicia con 64 y Valencia y Canarias con 63 fueron las demás regiones con mayor nivel de mortalidad.