Pocas cosas resultan tan molestas como estrenar calzado y terminar el día con rozaduras, ampollas o dolor en los pies. Enrique García, podólogo con amplia experiencia clínica y divulgativa, ha querido lanzar un mensaje claro y útil a través de su cuenta en TikTok: la prevención empieza al elegir el momento del día para comprar los zapatos.
“Compra el calzado a la hora adecuada, siempre de tarde, que el pie está mucho más dilatado”, explica el especialista. La razón es simple: durante el día, especialmente si se camina o se pasa tiempo de pie, los pies tienden a expandirse. Probarse unos zapatos a primera hora de la mañana, cuando aún no han pasado por ese proceso, puede llevar a errores de talla y futuros problemas.
Pero no es el único consejo. García subraya la importancia de usar “un calcetín o media similar al que vas a utilizar con ese calzado”. No hacerlo puede alterar la sensación de ajuste y, en consecuencia, provocar incomodidades posteriores. Además, recomienda encarecidamente no comprar calzado pequeño, algo que muchas personas hacen esperando que “ceda” con el uso, lo que suele ser una receta segura para el dolor.
Otro punto clave es considerar las características individuales del pie: “Si presentas deformidades como estas —muestra juanetes y dedos en garra—, usa material muy elástico”, aconseja. Este tipo de calzado puede ayudar a evitar presiones excesivas y dolores innecesarios.
Y una vez se ha hecho la compra, no hay que lanzarse a estrenarlos directamente en la calle. “Doma tu calzado antes de ponértelo. Es vital ponértelo en casa antes de empezar a utilizarlo fuera”, afirma García. Este proceso permite al pie adaptarse progresivamente y detectar posibles puntos de fricción.
Según la Asociación Española de Podología (AEPod), hasta un 70 % de la población ha sufrido alguna vez dolencias derivadas de un mal uso del calzado, y la elección de talla y momento del día son factores clave para prevenirlo. Además, el uso de materiales poco flexibles o no adaptados a la anatomía puede agravar problemas como fascitis plantar, uñas encarnadas o metatarsalgia.