La farmacéutica Gemma Rubís ha querido profundizar en cómo se ha de tratar el cuidado de la piel. Según cuenta en sus redes sociales: “Estás tratando tu piel como si fuera el problema… pero la causa está dentro”.
Para la especialista, muchas de las afecciones cutáneas más comunes como el acné, la rosácea, la dermatitis o incluso la psoriasis, podrían tener su origen en una disbiosis intestinal, es decir, un desequilibrio en la microbiota intestinal.
En su consulta ha visto repetidamente casos de pacientes que, tras probar todo tipo de tratamientos tópicos (desde cremas hasta antibióticos) siguen enfrentándose a brotes persistentes.
“Tus brotes van y vienen y todo empieza en tu intestino. Lo he visto tantas veces en consulta... nadie te ha hablado de la disbiosis de un intestino irritado, alterado, inflamado y con una microbiota empobrecida”, explicó.
Como apunta Gemma, un sistema digestivo alterado no solo digiere mal los alimentos, sino que tampoco absorbe adecuadamente los nutrientes ni regula correctamente el sistema inmunológico, lo que termina manifestándose en la piel.
Esta afirmación está respaldada por diversos estudios científicos. Por ejemplo, un análisis publicado en Frontiers in Microbiology (2018) concluyó que existe una conexión sólida entre el eje intestino-piel y diversas patologías cutáneas, destacando cómo una disbiosis intestinal puede exacerbar condiciones inflamatorias como la psoriasis y el acné.

Una paciente afectada por psoriasis en la mano y el antebrazo
“La buena noticia es que puedes empezar hoy mismo: alimentarte de una manera antiinflamatoria, cuidar tu microbiota y apoyarte en el suplemento adecuado. Y ver cómo tu piel mejora desde dentro”, concluyó la farmacéutica.