Si alguna vez has sentido que la piña o el melón “te pican” la lengua, no es tu imaginación ni, necesariamente, una alergia. “Estas frutas tienen una sustancia llamada enzima, que son como unas pequeñas cuchillas que rompen y digieren las proteínas, y tu lengua, como es carne, está hecha de proteínas”, explica la doctora Sara Marín, médica y divulgadora en su cuenta de Instagram (@uncafecontudoctora).
Esas “mini cuchillitas” empiezan literalmente a digerirte un poco la lengua, y por eso aparece esa sensación incómoda de picor, quemazón o cosquilleo. Y sí: lo que parece una exageración tiene una explicación científica perfectamente documentada.
En el caso de la piña, la responsable se llama bromelina, una enzima proteolítica (capaz de romper proteínas) ampliamente estudiada por su uso en la industria alimentaria y en medicina. De hecho, la bromelina se emplea como antiinflamatorio natural y en algunos tratamientos médicos por su capacidad para degradar proteínas dañadas.
No es alergia: es que te están digiriendo
El picor en la lengua al comer piña o melón se debe a enzimas que rompen proteínas, no a una alergia convencional
Según un estudio publicado en Biomedical Reports (2016), la bromelina tiene efectos terapéuticos reconocidos, pero también es la culpable de esa sensación abrasiva en la boca al comer piña fresca. Actúa descomponiendo las proteínas de la mucosa oral, lo que produce esa sensación de ardor o picor transitorio.
El melón, aunque en menor medida, contiene enzimas similares, como la cucumisin, que también tiene capacidad proteolítica. Investigaciones como la publicada en International Archives of Allergy and Immunology (2003) la señalan además como uno de los alérgenos responsables del síndrome de alergia oral cruzada en personas con alergia al polen.
Esas mini cuchillitas empiezan literalmente a digerirte un poco la lengua y por eso te pica y te da cosquillas”
Por eso, aclara Marín, si tienes alergia al polen, la reacción puede ser mucho peor, porque tu lengua “confunde” esas enzimas con los alérgenos del polen y reacciona exageradamente.
Trucos para que no te pique
Cómo evitar que te ‘coman la lengua’
La médica también comparte varias recomendaciones sencillas para que comer piña o melón no sea una tortura:
- Congelarlas antes. El frío inactiva en parte las enzimas que rompen proteínas.
- Eliminar el centro y la parte cercana a la piel. Es donde más concentración de enzimas hay.
- Comerlas con lácteos. “Protegen tu mucosa oral”, explica, ya que las proteínas de la leche actúan como un “escudo” que neutraliza parte de esa actividad enzimática.
- Tomarlas más maduras. Cuanto más madura está la fruta, menor es la actividad de estas enzimas. O, en palabras de Sara, “las cuchillitas se vuelven menos afiladas y más suavecitas”.
No es solo cosa tuya. La literatura científica confirma que este efecto es muy común y, salvo en casos de alergia severa, no representa ningún riesgo grave. Simplemente es el resultado de un proceso natural: la acción de las enzimas proteolíticas, que además son las responsables de que, por ejemplo, la piña se use para ablandar carnes.
En cualquier caso, si el picor es excesivo, persistente o se acompaña de hinchazón, urticaria o dificultad para respirar, es fundamental consultar con un alergólogo, ya que podría tratarse de un síndrome de alergia oral cruzada.