William Arias, médico: “Un abrazo de 20 segundos funciona mejor que algunos calmantes; reduce el cortisol, mejora la presión arterial y aumenta los niveles de oxitocina”
Bienestar
Los abrazos son una respuesta biológica que fortalece la confianza y refuerza la seguridad y el afecto hacia los demás

William Arias, médico especializado en Medicina Funcional.

Los humanos poseemos conductas innatas y una de las más significativas es el abrazo, una expresión profunda que muestra afecto. De hecho, desde el nacimiento, sin ser conscientes todavía la lógica de nuestras acciones, el bebé busca constantemente el contacto físico como una respuesta natural y biológica de consuelo, seguridad y conexión emocional. Así lo confirma el médico William Arias, especialista en obesidad, diabetes y metabolismo.

Un abrazo de 20 segundos liberta tanta oxitocina que es capaz de reducir la inflamación, el cortisol y aumentar tus defensas
El abrazo no es solo una necesidad biológica, sino que también fortalece los lazos sociales y ofrece múltiples beneficios para el bienestar emocional con tan solo unos segundos: “¿Y si te dijera que un simple abrazo de 20 segundos puede ser una medicina real para tu cuerpo? Libera tanta oxitocina que es capaz de reducir la inflamación, el cortisol y aumentar tus defensas”, empieza explicando”, explica. “Un abrazo de 20 segundos liberta tanta oxitocina que es capaz de reducir la inflamación, el cortisol y aumentar tus defensas”, añade.
Arias categoriza a los abrazos como ‘la trilogía de la salud’ por la liberación de tres poderosos neurotransmisores cuando abrazamos a un ser querido: “Cuando nuestro cerebro ama, produce un cóctel de sustancias poderosas: oxitocina, dopamina y serotonina”, explica.
Esta respuesta tiene una explicación científica; los abrazos profundos son señales de seguridad, confianza y afecto. Por ello, se activan ciertas zonas del cerebro, como el hipotálamo, que liberan sustancias químicas asociadas al bienestar. “El amor activa áreas cerebrales asociadas con la calma y reduce la actividad en regiones relacionadas con el miedo y la ansiedad. Cuando amas, tu cuerpo reduce la producción de hormonas del estrés como el cortisol y aumenta las hormonas del bienestar,” aclara.
Es gratis, no tiene efectos secundarios y funciona mejor que muchos calmantes
La oxitocina, conocida también como la hormona del amor, se libera especialmente con el contacto físico, potencia la seguridad y reduce el miedo y la ansiedad. Por otra parte, la dopamina, conocida como la hormona del placer, se activa cuando hacemos algo que el cerebro interpreta como positivo y refuerza la motivación. Y la serotonina, conocida como la hormona de la felicidad, estabiliza el ánimo y contribuye a un sueño reparador.
De hecho, el estudio More frequent partner hugs and higher oxytocin levels are linked to lower blood pressure and heart rate in premenopausal women, realizado en 2005 por la doctora Kathleen C. Light, publicado en la revista científica Psychosomatic Medicine, demostró que las mujeres que abrazaban más a sus parejas presentaban niveles más altos de oxitocina, así como una presión arterial y frecuencia cardíaca significativamente más bajas.
Además, expresar amor puede modificar favorablemente la expresión genética de las células inmunitarias, fortaleciendo, a la vez, el sistema defensivo del organismo. “Cuando expresas amor, tu cuerpo experimenta una reorganización de los genes de tus células inmunes”, puntualiza Arias.

Desde el punto de vista neurológico, los abrazos también ejercen un efecto protector. De hecho, se ha demostrado que las personas que mantienen vínculos afectivos presentan una presión arterial significativamente más baja y menos probabilidades de padecer trastornos depresivos. Y uno de los mecanismos implicados es el llamado efecto ‘dipping’, que consiste en una disminución natural de la presión arterial durante el sueño: “Durante la noche, tu presión arterial normalmente baja un 15-20%. Este efecto protege tu corazón y reduce el riesgo cardiovascular”, señala.
Arias insiste en que manifestar amor o abrazar no se limita a las relaciones de pareja, sino que también abarca el cariño hacia los hijos, el efecto a las mascotas, los amigos y el servicio desinteresado a los demás. Todas estas formas de amar activan circuitos cerebrales que protegen la salud y el bienestar emocional. “Es gratis, no tiene efectos secundarios y funciona mejor que muchos calmantes. Así que hazle un favor a tu cuerpo: abraza fuerte y por más tiempo. Y si no tienes a quién abrazar cerca, este es tu recordatorio para buscar más contacto humano de calidad. Porque a veces, lo que tu cuerpo necesita es un abrazo”, concluye.
Con esto, lo que Arias transmite es que, si bien los calmantes son necesarios y efectivos en muchos contextos clínicos, en situaciones cotidianas de estrés, ansiedad o tristeza emocional, el poder del abrazo auténtico puede ofrecer un alivio. Por eso, en situaciones cotidianas, Arias recomienda primero explorar los recursos que nos brinda el propio cuerpo humano.
De esta forma, Arias señala que una rutina de bienestar no se limita únicamente a una alimentación saludable o al ejercicio físico; también implica dormir bien, exponerse al sol de forma responsable y también amar. Al integrar estos cinco aspectos en la vida diaria, Arias asegura que el bienestar físico, emocional y mental se fortalecerá.