El fracaso no es el final del camino, sino un punto de partida. Esa es la idea que defiende la psicóloga deportiva María Espinoza, que desde su perfil en redes sociales (@merypsicologa) lanza una invitación directa a cambiar la forma en la que interpretamos nuestros errores. “Si dices ‘no aguanto fallar’, es que aún no has aprendido a hacerte amigo del error”, asegura con contundencia.
Ver el error como guía, no como castigo
“Hijo, qué fatiga da fallar”
Con una mezcla de humor, cercanía y conocimiento técnico, Espinoza se adentra en un tema que atraviesa tanto a deportistas de élite como a cualquier persona que se enfrente a retos: la relación con el error. “Te resultan familiares frases como ‘no aguanto fallar’ o ‘pienso que soy mi error’? Aunque yo la que más estoy escuchando por vivir en el sur de España es la de ‘hijo, qué fatiga da fallar’”, comenta con una sonrisa.
Frases que no son banales. Para la experta, esconden creencias profundas que convierten los fallos en enemigos a evitar, en lugar de en aliados para el aprendizaje. Y plantea una alternativa revolucionaria: “¿Y si te digo que los deberías ver como amigos? Sí, sí, he dicho amigos”.
La clave está en la actitud. Según explica Espinoza, el error no debe ser entendido como un ataque a nuestra valía, sino como una señal de que hay algo que mirar con atención. “Aparecen para enseñarte cosas. No para que te fustigues, no para cabrearte, sino para indicarte que algo ha fallado. Hay que verlo, analizarlo, trabajarlo y estructurarlo para que la siguiente vez ya no esté ahí”.
Esa mirada transformadora se aleja de la cultura del castigo y se acerca a una mentalidad de mejora continua. “Los errores te marcan el caminito que tienes que seguir para mejorar en ti”, afirma. “¿Te crees que si fueses perfecto seguirías entrenando tantas horas? No, no tendrías ganas, no tendrías motivación”.
Más allá del deporte: aprender del error también en la vida
Espinoza propone transformar la relación con el fallo como forma de crecer también a nivel personal, emocional y profesional
El enfoque de Espinoza no solo aplica a quienes practican deporte, sino también a quienes persiguen metas personales, laborales o emocionales. Cambiar la narrativa del error puede ser el primer paso para recuperar la confianza, volver a intentarlo y, sobre todo, mantener la motivación sin caer en el autojuicio.
“Prometo una cosa —concluye la psicóloga—: la siguiente vez que cometas un error, dale las gracias por aparecer y aprende de él. Ahí estarás ganando el error”.