El futbol es uno de los deportes que más moviliza a la sociedad. Por ello, es considerado un deporte de alto rendimiento. La psicología se ha convertido en una herramienta fundamental: la gestión emocional, la autoexigencia, la presión social y la recuperación mental son pilares clave tanto para alcanzar éxito individual como colectivo.
Cristina Vega hablando sobre la importancia de la salud mental.
Por eso, la figura del psicólogo deportivo adquiere un papel relevante, ya que en el fútbol, como en cualquier otra disciplina, la preparación física debe ir acompañada del entrenamiento mental. Esta es la visión que defiende Cristina Vega, psicóloga deportiva del Real Betis Balompié. Su labor consiste en acompañar a los futbolistas en su desarrollo personal y profesional, ayudándoles a superar los obstáculos que se encunetran a lo largo de su trayectoria.
Durante una entrevista en el pódcast del Betis, Vega subraya la importancia de la salud metal, especialmente en personas expuestas constantemente en la presión mediática. “El psicólogo deportivo está como herramienta para acompañar el deportista cuando lo necesita, porque hay situaciones que pueden tambalear su vida y necesita verlas desde otra perspectiva o en el proceso de toma de decisiones”, explica.
Lo importante es saber en qué nivel estás bien y a partir de qué punto te sobrepasa esa presión
Una de las técnicas que usa frecuentemente con los futbolistas es tomar conciencia de su propio nivel de presión. Propone evaluar su propio umbral de estrés mediante un ejercicio práctico: “Todos los jugadores sienten esa hormiguilla dentro, se ponen nerviosos y tienen presión. Eso está bien sentirlo. ¿Pero de 1 al 10? Lo importante es saber en qué nivel estás bien y a partir de qué punto te sobrepasa esa presión”, señala.
Sentir presión en el fútbol es algo normal, recurrente y necesario, que es imposible evitarlo, pero sí se puede aprender a gestionarla. Según Vega, la presión no es negativa en sí misma; lo perjudicial es no saber cómo nos puede afectar. Plantearse preguntas básicas como “¿qué es lo peor que podría pasar si hoy no rindo bien?”, ayuda a relativizar. Cuando un deportista cambiar esta perspectiva, la presión deja de ser una amenaza para convertirse en un estímulo positivo, permitiéndole al futbolista disfrutar más del juego.
Todos los alimentos ultraprocesados están cargados de azúcar y grasas. Esto nos da un placer enorme a nuestro cerebro
La psicología preventiva que se aplica en el alto rendimiento busca anticiparse a posibles crisis emocionales como la ansiedad, la depresión, los bloqueos, etc. Entrenar la mente forma parte de este proceso y es una herramienta que impacta en todas las áreas del deportista, sea personal o profesional. “Muchas veces no somos conscientes de ciertas alertas que estamos teniendo con nosotros mismos. Tenemos distintas señales de alarma que nos indican que hay cosas que no están funcionando bien y muchas veces ignoramos”, recalca.
Una reacción común ante emociones vulnerables, como la tristeza, es el consumo de alimentos ultraprocesados, el chocolate y los helados. Esto tiene una explicación fisiológica: el cuerpo busca alivio inmediato a través del azúcar y la grasa, sustancias que activan la liberación de dopamina y serotonina, neurotransmisores asociados con el placer y el bienestar. “Todos los alimentos ultraprocesados están cargados de azúcar, de grasas, y al final todo esto nos da un placer enorme a nuestro cerebro, nos dispara”. Por eso, los alimentos saludables, como el calabacín, no producen esa sensación de alivio inmediato.
Además, el movimiento físico es otra vía de descarga emocional. El ejercicio actúa como una herramienta reguladora, que no solo ayuda mejorar el estado de ánimo, sino también de los hábitos alimentarios. Aunque sus efectos no sean inmediatos, el equilibrio entre el cuerpo y la mente son esenciales para salir de los bucles emocionales. “Cuando tienen esa conexión, el sistema simpático y el parasimpático, lo que hace es activar otra series de regiones cerebrales, como es el movimiento”, añade.
